El viejo obiolismo hizo caso omiso de los cantos de sirena de los que abrazaron la causa soberanista y abandonaron el PSC con estrépito. La vieja guardia de Obiols se mantuvo intacta en las filas socialistas, con algunas excepciones como Maria Badia o Joan Ignasi Elena. Eso sí, ese obiolismo renunció a cualquier protagonismo y se replegó a sus "cuarteles de invierno". Esta vieja guardia mantenía, sin embargo, buenas relaciones con el primer secretario del partido, Miquel Iceta.
Iceta se encuentra muy cercano intelectualmente a varias de las personas más destacadas de lo que fue la guardia pretoriana de Raimon Obiols como Dani y Jordi Font o Jaume Bellmunt. Esta cercanía ideológica motivó que el líder socialista les llamara para hacer, nada más y nada menos, que la ponencia del congreso de noviembre.
La misma ponencia que provocó un sarampión en el Consell Nacional del sábado pasado. Por un lado, la reaparición en la escena política del socialismo catalán del referéndum a la canadiense no gustó a muchos dirigentes territoriales, aunque Iceta no quiere rehuir este debate. Sin embargo, lo que más molestó es saber quiénes estaban en la cocina de la ponencia y, sobre todo, que la secretaria de organización, Assumpta Escarp, hubiera hecho dejación de sus responsabilidades. "Iceta tendrá que repensarse su equipo", apunta un dirigente territorial. Otro añade que debería "tener más cuidado en quién se apoya". Se calientan los motores congresuales, sin duda, con el viejo obiolismo en primera fila.