El Tribunal de Cuentas cerró el caso del tranvía de Parla al no detectar ni irregularidades contables ni penales. Con este carpetazo, la honorabilidad del que fuera secretario general del Partido Socialista de Madrid, Tomás Gómez, debería ser reparada por quien lo cesó de todas sus responsabilidades: el líder del PSOE, Pedro Sánchez.

Sin embargo, no parece que Sánchez tenga intención de reconocer que los motivos del cese de Gómez fueran inconsistentes. Ni perdón, ni olvido, ni reconocimiento del error, es la política de Ferraz. De hecho, en el círculo cercano a Sánchez se hace hincapié en que la fiscalía apunta a irregularidades administrativas. Es más, se crítica abiertamente que se hagan entrevistas a Gomez "porque no es nadie". Alguien les debería recordar que Tomás Gómez ‎es todavía miembro de la Ejecutiva Federal. El que fuera líder del PSM solo espera un reconocimiento formal de Sánchez en rueda de prensa. Pero no parece que vaya a llegar