El mal rollo en la CUP va en aumento. La crisis ha saltado esta mañana con la dimisión de parte del secretariado -una especie de politburó-- y ha desatado todo tipo de improperios de unos contra otros. Los oficiales a través de declaraciones y comunicados, pero también otros oficiosos y no siempre todos de buen gusto. No vamos a detallar estos insultos de barra de bar, pero sí otras afrentas que tienen un destinatario: Anna Gabriel.
Un exdiputado cupero enfrentado a la actual dirección --no les será difícil identificarlo-- se refiere en privado a Gabriel, y con un punto de ese machismo tan denostado desde la CUP, como “el señor georgiano con bigote”, o sea Stalin. No acaban aquí las invectivas para calificar de dictadora a la líder de la CUP y su entorno. Un miembro de la corriente crítica dice que “Anna Gabriel y Benet Salellas tienen un aire al matrimonio Ceaucescu”, en alusión a los dirigentes comunistas rumanos.