Francesc Homs ganó las primarias de CDC el pasado sábado. Los militantes están de acuerdo en refundar el partido y todo parece encauzado con un Artur Mas que quiere seguir dirigiendo una organización que él mismo liquidó. Todos, propios y extraños, hacen cábalas de cuál va a ser el camino para conseguirlo. Sin embargo, todas estas especulaciones tienen fecha de caducidad: el 26 de junio.

¿Por qué? Porque las encuestas que se manejan en la calle Córcega oscilan entre malas y peores. El lunes pasado los mejores datos que tenían los convergentes los situaba en seis diputados. Lo peor, la horquilla que situaba a las tropas de Homs en los cuatro diputados, que es tanto como decir que CDC pierde su grupo parlamentario. Con estos datos, la travesía del desierto no ha hecho más que comenzar.