El expresidente de la Generalitat, Artur Mas, es uno de los políticos con más presencia pública a pesar de que, oficialmente, dejó la primera línea el pasado diciembre. Su agenda continua repleta de actos, como ocurría en su etapa de presidente de la Generalitat.

Mantiene una alta actividad institucional ya que entidades y organizaciones de toda Cataluña apuestan por contar con su presencia para todo tipo de acontecimientos. Se trata de un activo para atraer participantes y atención mediática a eventos de todo tipo. Mas y su entorno usan la máxima de que no quiere hacer sombra a su sucesor, Carles Puigdemont. ¿Lo consigue? Desde el partido aseguran que se repite el esquema con el que él mismo se topó al tomar el testigo de Jordi Pujol, cuya sombra siempre estuvo presente.

Donde no se corta ni se anda con medias tintas a la hora de demostrar su liderazgo es en CDC, su casa. Mas trabaja para acabar con la corriente crítica liderada por Germà Gordó y no duda en usar todos los escenarios y micrófonos que estén a su disposición para este fin aunque, al final, apague la estrella de Puigdemont. Este fin de semana lo ha demostrado claramente.