Los programas de eficiencia en el gasto (recortes) se han adueñado desde hace años de los planes estratégicos empresariales. Del sector financiero también, a pesar de que algunos grandes directivos bancarios se resisten a renunciar a los privilegios que adquirieron en época de vacas gordas.
Ese no es el caso de Banco Sabadell. Al menos, no el de su consejero delegado, Jaume Guardiola. El ejecutivo no dudó en comprar un billete de clase turista en un puente aéreo que tomó este fin de semana junto a su esposa.
Ambos, dicen fuentes bien informadas, acudían a presenciar la final de Copa del Rey en el estadio Vicente Calderón. Guardiola, conocido por su barcelonismo, viajaba en plan cómodo, con zapatillas deportivas.
Se trata de un gesto habitual para la mayoría de la ciudadanía pero que provocaría un ataque de 'businessismo' en algunos de los colegas del consejero delegado del banco catalán. A él, no.