El mosqueo y el cabreo con Carles Martí, candidato a las primarias del PSC para encabezar la lista de Barcelona, fue palpable en la reunión de la ejecutiva socialista que aprobó el reglamento y los plazos de la consulta. En la reunión, presidida por Miquel Iceta, ningún miembro de la ejecutiva apoyó la candidatura de Martí. Muchos de los allí presentes consideraron que la presentación de la candidatura junto con la postura de Martí de buscar un pacto con Meritxell Batet es "en sí misma una perversión del proceso de primarias y un chantaje al partido".
Amigos y compañeros de Carles Martí en Barcelona le han solicitado que renuncie y que evite el ridículo de no conseguir los avales. El candidato Martí hace oídos sordos a estos consejos y sigue empecinado en la busca de las firmas necesarias. La tarea se antoja bastante difícil tanto en el consell nacional como entre la militancia. Ni siquiera la Federación de Barcelona le está dando cobertura porque "su postura es personal y no responde a un proyecto colectivo". Así las cosas Martí pasará en pocos días de estrella a estrellado.