La ministra de Transportes, Ana Pastor, no acudió finalmente a la inauguración de la Línea 9 del metro de Barcelona. El conseller de Territorio, Josep Rull, no le había cursado la invitación hasta el último momento. Sus relaciones personales no son buenas.
Pastor mantenía una relación cordial con el predecesor del también coordinador general de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) en el cargo, el ahora conseller de Cultura, Santi Vila. Las malas relaciones de Rull con Pastor se hicieron evidentes tras el incidente del incendio en un túnel de Cercanías que dejó, por enésima vez, fuera de juego la red de transporte público de Renfe y, como consecuencia, el metro de Bacelona. El mal rollo entre ambos había empezado unos días antes.
La toma de posesión del cargo como conceller de Territori había propiciado unos días antes un encuentro en el Ministerio en Madrid, fue el primer encuentro entre Pastor y Rull y no terminó demasiado bien, y no precisamente por el contenido de las materias que se debatieron. Tras la reunión, la ministra ofreció al conseller usar una de las salas de la dependencia oficial para realizar la rueda de prensa. Rull declinó el ofrecimiento de forma abrupta. Explicó que no podía comparecer ante los medios en Fomento porque Cataluña se estaba “desconectando de España”. A Pastor no le gustó la respuesta, "no tocaba y es de mala educación".