El Premio Europeo de la Ciudadanía que el Parlamento europeo otorgó en 2014 a Sociedad Civil Catalana (SCC) levantó ampollas no solo en el mundo independentista, pues también aspiraba a este galardón la Asamblea Nacional Catalana, sino entre la izquierda catalana. ICV hurgó en el pasado del expresidente de esta entidad, Josep Ramon Bosch, y su presencia en un mitin de Fuerza Nueva.
El abogado Eduardo Ranz Alonso, azote de la derecha –este letrado está detrás de numerosas querellas contra cargos del PP—presentó una queja ante la Comisión de Peticiones del Parlamento europeo, con la finalidad de que se retirara ese premio a SCC. Por el contrario, la presidenta de esta Comisión, Cecilia Wikström, ha archivado esa petición al enmarcar ese reconocimiento a Sociedad Civil en las “acciones de ciudadanos comprometidos con la cooperación cultural transfronteriza o transnacional a largo plazo que contribuyen a fortalecer el espíritu europeo”.