Gabriel Rufián fue el estandarte de ERC en las generales por su procedencia castellanohablante y por la necesidad de ERC de enamorar al electorado metropolitano. Su estrella ha sido fugaz. En los últimos días Rufián ha desaparecido. No se le ha visto el pelo en las negociaciones en el Congreso ni en el Senado. El peso de todo lo ha llevado Joan Tardá, que "es el que sabe" como reconocen fuentes republicanas.
Su estrella también ha sido fugaz en la entidad Súmate, que se ha partido en dos. Después de intentar solventar las cuitas internas a mandobles, Rufián ha logrado más disensos que consensos. "Súmate, no existe ya. Se ha roto", afirman las mismas fuentes. Por un lado, el diputado Reyes junto a Rufián. Por el otro, Coque Garcia, concejal en L'Hospitalet, y Elvira Duran, flamante asesora del no menos flamante' conseller' de Sanitat, Toni Comín. Muchos culpan a las malas artes de Rufián de este desaguisado en Súmate, y en ERC parece que le han puesto sordina