Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío. Y el Gobierno en funciones del PP parece que se la tiene jurada a Francesc Homs, que acaba de estrenar escaño en el Congreso como jefe del grupo Democràcia i Llibertat. El ex consejero de Presidencia de la Generalitat, conocido por sus repetidos reproches al Ejecutivo de Mariano Rajoy, tiene que asumir ahora un papel de intermediario.
Pero los populares no se lo van a poner fácil. A la espera de que se resuelva la investidura del futuro presidente español, los actuales inquilinos de Moncloa no tienen ninguna intención de establecer puentes de diálogo con Homs, autor de frases del tipo “el Gobierno tiene tirria a los catalanes” o “Rajoy asfixia a Cataluña”. Sus propósitos de entendimiento con “Madrid” llegan tarde.