Durante las últimas horas, y al hilo de las negociaciones con la CUP, el presidente saliente de la Generalitat, Artur Mas, ha realizado un discurso público en el que se postulaba como nuevo hombre fuerte el partido, una especie de Arzalluz del PNV.
Sin embargo, dentro de CDC la visión de la refundación del partido tiene otras muchas lecturas. Por ejemplo, la que quiere ofrecer Germà Gordó, diputado y ex consejero de Justicia con Mas. El político, casado con la jurista Roser Bach, ya fue alto cargo de la formación política cuando Mas tomó el relevo a la familia Pujol.
En aquellos tiempos Gordó realizó un trabajo discreto desde la gerencia del partido, lo que le ha impedido tener un perfil público notable. Ahora, desde hace meses, el político convergente se postula como la solución moderada del nacionalismo. La pesa en su currículum las investigaciones que le rodean por los casos de corrupción, que intenta minimizar gracias a sus múltiples contactos en los medios de comunicación y la justicia. Sin éxito ante las altas instancias judiciales, por lo que ha podido conocer este medio.
En cualquier caso, Gordó deberá pelear no sólo con Rull y Turull. Si quiere convertirse en el nuevo líder futuro de la formación y competir por la secretaría general, también deberá desplazar a Mas del epicentro del partido.