En Unió ya no hay puertas giratorias. Ello no significa, malpensado lector, que los dirigentes de esta formación, con malas perspectivas electorales, no vayan a encontrar salidas profesionales. Los democristianos han sustituido ese mecanismo rotatorio instalado en su sede central de la calle Nàpols, por una puerta convencional.
Este tipo de accesos, muy habituales en hoteles de rancio abolengo, jugaron una mala pasada al líder de UDC, Josep Duran Lleida. En pleno proceso de ruptura con Convergència, Duran intentó huir de los periodistas y quedó atrapado en sus propias puertas giratorias. ¿Premonitorio? En los mentideros políticos siempre se ha especulado con los supuestos negocios de Duran, uno de los secretos mejor guardados.