Deambula por los pasillos, no como alma en pena, sino como un jubilado que, en lugar de pararse a mirar una obra, contempla con curiosidad todos los rincones del Parlamento catalán.

Se trata de Lluís Llach, el cantautor que sintió la llamada de la política, en general, y de Junts pel Sí, en particular. Cuentan que, desde que el pasado 26 de octubre se constituyó el nuevo Parlament, es el primero en llegar a la sede de la Cámara catalana y el último en irse. Está encantado con su nuevo puesto de trabajo, como si cada jornada fuera su primer día de cole.