En Iniciativa per Catalunya Verds (ICV) reina el desánimo. La pasada legislatura tenía 13 diputados en el Parlament y Joan Herrera consiguió tener su espacio en la política catalana. Sin embargo, la estrategia de los últimos meses ha dejado el partido en estado de colapso. De los 11 diputados de Catalunya Sí que es Pot (CSQEP), sólo cuatro tienen disciplina de ICV. Herrera se marcha después de ser dilapidado en la lista de las generales por Ada Colau y la "traición" --así lo comentan en ICV-- de Raül Romeva, que además era amigo íntimo de Herrera. La salida de Herrera lleva aparejada la salida de la copresidenta de la formación ecosocialista, Dolors Camats.
Con este desolador panorama, la izquierda catalana debe afrontar un proceso de cambio que no se presenta fácil. Con la vieja guardia ya en retirada y, con Herrera y Camats amortizados, empiezan las elucubraciones para afrontar un nuevo liderazgo. No lo tienen fácil. Josep Vendrell, se presenta a las generales y su presencia en Madrid hace difícil que sea el candidato. La que fuera diputada en el Congreso y ahora concejal de Barcelona, Laia Ortiz, también parece descartada porque su cometido en el Ayuntamiento se lo hace imposible. Muchos miran con buenos ojos a Joan Coscubiela pero su edad --61 años-- le invalida como un líder con largo recorrido y en el partido lo prefieren dedicado en cuerpo y alma al Parlament.
Con esta perspectiva, está cogiendo enteros la figura del eurodiputado Ernest Urtasun que, casualmente, es la voz de ICV en las televisiones de ámbito nacional. La Sexta, de hecho, lo ha convertido en un referente. Parece que empieza la Operación Urtasun.