Las cosas no le van bien a Pedro Sánchez y eso se nota. Las encuestas del fin de semana han sido un jarro --otro-- de agua fría para las expectativas del PSOE en las próximas elecciones generales. Sus asesores le venían anticipando el desaguisado que se venía encima.
Desde el año 2000, los socialistas sacaban el 37% de los diputados en Cataluña y Andalucía. En 2015, las previsiones son muy desalentadoras. La última encuesta en Andalucía les otorga 25 diputados pero en Cataluña las previsiones son muy negras. Dicen que sería un buen resultado sacar 7 diputados, que serían la mitad de 2011. En total serían 32 diputados, 5 menos del 37% si el PSOE obtuviera 100 escaños, cifra que se antoja imposible.
Con estas perspectivas, Sánchez ha tenido especial cuidado en hacer un grupo parlamentario a su imagen y semejanza, con la esperanza de poder manejar el temporal que se avecina en el PSOE tras el descalabro electoral y ante un congreso fijado para el mes de marzo de 2016. Los estrategas del PSOE también quieren marcar una nueva impronta fijando los mensajes electorales pensando en el día 21. Así, no extraña el "nos une Pedro", el eslogan de las plataformas de apoyo. Y habrá más.