El presidente de Seat, Jürgen Stackmann, es un ejecutivo que tiene fama de escuchar a los que tiene a su alrededor y de saber rodearse de personas que le puedan dar consejos de todo tipo. En el plano político no es diferente. No se le caen los anillos para invitar a su casa a cenar a David Madí, Luis Conde o Marc Puig, aunque si un nombre influye en los análisis políticos del directivo de la principal industria catalana es el de Luis Comas.
El director jurídico del grupo Seat-Volkswagen desde abril de 2011 ya había ejercido de asesor al predecesor de Stackmann en el cargo, el británico James Muir. De un carácter muy distinto al actual presidente de la automovilística española, su papel fue más limitado en aquel momento.
Comas ha sido la persona que ha guiado a Stackmann en su oposición al independentismo. El presidente de Seat ha evitado en todo momento alertar de ningún movimiento en la compañía si se llegara a la secesión, sencillamente ha valorado que es un escenario que no contempla. Ni él ni la cúpula de Volkswagen, centrada a las puertas del 27S en cómo solucionar la peor crisis que afecta a la multinacional y a la industria alemana en general por salir a la luz que mintió sobre las emisiones de un motor diésel.
Además de dirigir el departamento jurídico de la multinacional, Comas es el presidente de uno de los clubs más elitistas de Barcelona: el Real Club de Polo. Jinete experimentado en la disciplina de salto, forma parte de una saga de la alta burguesía catalana, su tío abuelo es el Conde de Reus, expresidente precisamente del Polo barcelonés. Está casado con una de las empresarias más influyentes del país, Elena Gómez del Pozuelo, presidenta de la patronal de empresas digitales e integrante de la junta directiva de la CEOE.
Abogado de profesión, también es asesor de los consejos de administración de Seat, Volkswagen Navarra y Volkswagen Audi España.