Las investigaciones que realiza la Audiencia Nacional contra el primogénito de la familia Pujol siguen un curso lento que, pese a las novedades que se incorporan, mantienen la condición del imputado invariable. El último episodio vivido es la recepción desde Andorra de los datos enviados a través de la comisión rogatoria internacional solicitada por los instructores.
El documento ha sido considerado secreto por el magistrado y, en consecuencia, sólo él o los fiscales pueden acceder. Lo curioso es que un medio de información ha desvelado que Jordi Pujol Ferrusola realizó movimientos de capitales posteriores a las investigaciones.
El entorno del hijo del ex presidente, sin embargo, se mantiene tranquilo sobre la evolución que pueda tener las investigaciones. “La operativa que explican en Andorra puede parecer rara, pero no es delictiva”, aseguran. Lo cierto es que en el círculo de defensa de Pujol júnior se sostiene que todo lo que pueda encontrarse en Andorra con respecto al mayor de los hermanos ha prescrito ya y que las filtraciones que se producen obedecen sólo a los intentos de la policía de mantener la pena de telediario abierta ante la ausencia de hechos concluyentes.
Pujol Ferrusola declaró ante el juez el 15 de septiembre pasado que los fondos que manejaba en el Principado eran resultado de inversiones y desinversiones en certificados de depósito y láminas financieras de deuda pública opaca al fisco procedente de diferentes países. Por el momento, nadie ha probado ni dicho lo contrario.