Antoine Griezmann junto a Bartomeu el día de su presentación / EFE

Antoine Griezmann junto a Bartomeu el día de su presentación / EFE

Primer equipo

El mal augurio que persigue a los dorsales de Griezmann y De Jong

La afición azulgrana no guarda buenos recuerdos ni del '17' ni del '21'

16 julio, 2019 00:04

El FC Barcelona 2019-2020 ha echado a andar este lunes. A falta de que regresen a los entrenamientos todos aquellos futbolistas que disputaron la pasada Copa América, la principal atracción de la primera sesión han sido Antoine Griezmann Frenkie de Jong, los dos grandes fichajes del verano en clave blaugrana.

Son los jugadores llamados a dar ese salto de calidad que tanto necesita la plantilla azulgrana. El punta francés tiene experiencia, inteligencia táctica y mucho olfato goleador, pese a que jamás ha jugado de delantero centro puro. El medio holandés es una de las grandes promesas del panorama europeo, deleitó con el Ajax gracias a su visión de juego, su temple y su facilidad para sacar el balón jugado desde atrás.

Ambos tienen mucha calidad, pero en el Camp Nou se encontrarán con un pequeño escollo para poder desarrollarla: su dorsal. Griezmann llevará el 17 a la espalda y Frenkie, el 21. Tanto un número como el otro son de infausto recuerdo para los culés salvo contadas excepciones. 

Mal augurio

El dorsal del Principito lo han llevado 11 jugadores en los últimos 25 años, y solo dos de ellos han dejado un recuerdo agradable en la afición azulgrana. Quizás el mayor ídolo, si no el único, que ha vestido el 17 fue Pedro Rodríguez. Llegó a La Masia con 17 años y estuvo en el primer equipo durante siete temporadas, en las que ganó tres Champions y cinco Ligas. El canario vistió el 17 durante cuatro cursos, pero terminó condenado a hacer las maletas.

Pedro Rodríguez celebra un gol con el Barça / EFE

Pedro Rodríguez celebra un gol con el Barça / EFE

Pedro Rodríguez celebra un gol con el Barça / EFE

El otro futbolista que no tuvo un mal paso por el Camp Nou pese a llevar ese dorsal a la espalda fue Mark van Bommel. Estuvo una temporada en Can Barça, pero fue una pieza importante para que el equipo azulgrana levantara la Champions de París en 2006. Jugó 38 partidos y se le recuerda por su lucha con Iniesta, que luego se plasmó en la final de la Copa del Mundo de 2010. 

La etapa de los otros nueve futbolistas fue, cuanto menos, discreta. Contabilizando desde 1995, Amunike fue el primero en llevarlo y a él le siguieron Bogarde, Celades, Petit, Christanval Mendieta. Tras Van Bommel lo vistió Giovanni dos Santos, y su heredero fue Pedro. Después del canario llegó el turno de Álex SongMunir Paco Alcácer. El último de todos fue Jeison Murillo. A Griezmann le toca superar el mal augurio y cambiar esta tendencia.

El '21' de Luis Enrique

El 21 guarda bastantes similitudes con el 17. Primero lo llevó Prosinecki, pero la temporada siguiente lo cogió Luis Enrique. El asturiano llegó procedente del Real Madrid y se convirtió en todo un ídolo del barcelonismo. Fue uno de los pocos jugadores que sustentó al equipo a finales del siglo XX y principios del XXI, aunque la mejor etapa de la historia azulgrana comenzó justo cuando el asturiano se retiró, con Rijkaard en el banquillo.

Luis Enrique en un partido con el FC Barcelona / FC BARCELONA

Luis Enrique en un partido con el FC Barcelona / FC BARCELONA

Luis Enrique en un partido con el FC Barcelona / FC BARCELONA

Tras Lucho, lo llevó Thuram, que disputó en el FC Barcelona los últimos años de su carrera. Luego llegó el turno de Hleb Chygrinskiy, de infausto recuerdo para el barcelonismo. Después de ellos lo vistió Adriano Correia, que pese a no alcanzar nunca la categoría de ídolo, fue uno de los laterales izquierdos más fiables y solventes, aunque relegado a la suplencia por las lesiones.

Se marchó el brasileño y llegó André Gomes con un estatus de estrella que en ningún momento demostró vestido de azulgrana. Con la salida del portugués fue Aleñá quien optó por el 21. Ahora, el canterano lucirá el 19 para ceder su anterior número a un Frenkie de Jong que, como Griezmann, debe intentar situarse más cerca del escalón de Luis Enrique que del de Hleb.