Una foto de Neymar Jr. durante un entrenamiento del Barça antes de fichar por el PSG / Twitter

Una foto de Neymar Jr. durante un entrenamiento del Barça antes de fichar por el PSG / Twitter

Primer equipo

El currículo negro de Neymar en el Barça

El brasileño, quien intenta regresar al Camp Nou, cuenta con un historial poco favorable para avalar su regreso

19 julio, 2019 20:54

Neymar Jr. lo intentará hasta el final. Su opción prioritaria es el Barça, pero su deseo principal es el de salir del Parque de los Príncipes. Tras dos temporadas en el PSG, es el extremo se arrepiente profundamente de haber abandonado la capital catalana rumbo a París donde ha cosechado muy pocos títulos y ha generado mucha polémica. El proyecto deportivo que en su día le ofreció Nasser Al-Khelaïfi no le convence y considera que está perdiendo sus mejores años deportivos en París.

La estrategia está clara, pero no será fácil. El PSG lo puso en venta semanas atrás, tras las declaraciones de Leonardo donde también reconoció contactos "superficiales" con el Barça, y ahora el plan a seguir está muy marcado. Las declaraciones en Brasil solo avivaron el conflicto, pero ahora el club parisino tiene constancia oficial y formal del deseo del jugador. 

Neymar Jr. es el tema de conversación más candente en el barcelonismo. Su nombre centra gran parte de la atención mediática y también tiene en vilo las operaciones del club catalán. Su posible regreso al Camp Nou es una posibilidad real que el club catalán estudia a nivel deportivo, ya que supondría la salida de otros jugadores importantes, y también a nivel económico, la parte más complicada y que podría poner en jaque la economía del club en los próximos años, pero que no convence a todos por igual. Ni dentro de la directiva, ni en la afición.

Un historial preocupante

Un fichaje muy polémico al que tampoco acompaña su entorno ni su situación personal. Abandonó la entidad sin apenas margen de maniobra, por la puerta de atrás y con unos argumentos que hoy se le han girado en contra. No es el líder del PSG y la Champions tampoco está de nuevo en su palmarés.

Asimismo, el club ha vivido distintos frente judiciales por su culpa. Por su fichaje, que fraguó Sandro Rosell, imputaron al club por un delito contra la Hacienda Pública. Fue en 2013 cuando el socio Jordi Cases denunció irregularidades fiscales en el fichaje del brasileño. Su fichaje se cifró en 57,1 millones de euros, pero más tarde se cuantificó en 90 millones, sumando bonus y comisiones varias.

Una foto de archivo de Sandro Rosell, Neymar y Josep Maria Bartomeu / EFE

Una foto de archivo de Sandro Rosell, Neymar y Josep Maria Bartomeu / EFE

Una foto de archivo de Sandro Rosell, Neymar y Josep Maria Bartomeu / EFE

El problema vino porque el Barça declaró esos 57,1 millones en concepto de traspaso, mientras que la Fiscalía y Abogacía del Estado entendían que el dinero que fue a parar a la empresa de Neymar no podía ser nunca un traspaso sino un salario encubierto. Y, como tal, debía estar gravado por impuestos. Un caso que quedó cerrado con la conformidad del club, que fue condenado por delitos fiscales a pagar dos multas de 1,4 millones y 4,6 millones de euros. 

A ese caso, se suma el todavía no resuelto. Se trata del caso Neymar 2, incoado por el grupo DIS, se centra en ese mismo periodo de tiempo pero en el que la empresa brasileña acusa a los Neymar de corrupción y estafa que se celebrará en los próximos meses en la capital catalana después de que la Audiencia Nacional aceptara las peticiones de los letrados del jugador de trasladar el caso a la Ciudad Condal

También se mantiene intacto el caso que tiene enfrentados al club y al jugador en los tribunales. Dos demandas cruzadas en que la primera, de Neymar, consiste en una reclamación de 40 millones de euros por renovar con la entidad azulgrana en 2016 hasta 2021. Neymar ya cobró 14 millones de euros en el momento de la firma, pero pese a fichar por el PSG un año más tarde reclama el cobro de los 26 millones restantes más un 10% de intereses. Dinero que el Barça se niega a pagar. Ahora, y con su voluntad de regresar al Camp Nou, Neymar habría conseguido que la empresa Teisa no siguiera adelante con la demanda que tenía interpuesta contra el FC Barcelona y el propio jugador por su fichaje por el equipo catalán en 2013. Un caso menos, pero que no acaba con los enfrentamientos entre ambas partes.

Fuera de los terrenos de juego

A este currículum judicial, se suman otros casos extradeportivos que no gustan en el Barça. Durante su estancia en el Barça, algo que también ha hecho en París, no gustaban las fiestas de su hermana en Brasil, los toys, o algunos feos al club, como por ejemplo el entierro de Johan Cruyff donde el brasileño fue el único jugador que no acudió al entierro vestido para la ocasión. A eso también se suma el conflicto que tuvo con Semedo semanas antes de poner rumbo a París durante la pretemporada de 2017. 

Asimismo, la acusación de violación de la modelo brasileña, Najila Trindade, es un caso más en su país natal que también forma parte de los problemas que se le acumulan al jugador. También en su país natal ha sido acusado de un presunto fraude fiscal por el que la Hacienda Brasileña le habría bloqueado treinta y seis propiedades, según informó el diario Folha de Sao Paulo. Neymar debería al fisco 69 millones de dólares brasileños, unos 15 millones de euros. Todas las propiedades bloqueadas están a su nombre, de su familia o de sus empresas.

Una foto de Neymar Jr. durant un partido con el PSG / Twitter

Una foto de Neymar Jr. durant un partido con el PSG / Twitter

Una foto de Neymar Jr. durant un partido con el PSG / Twitter

También la Hacienda española le espera y podría ser la gota que colma el vaso. Según informó El Mundo este miércoles, después de que se conociera que la Agencia Tributaria pedía al futbolista 35 millones de euros, ahora embargará la prima de renovación de 40 millones de euros que Neymar firmó con el equipo catalán antes de firmar por el PSG. De acuerdo con el citado rotativo, Hacienda habría comunicado al Juzgado de lo Social número 15 de Barcelona que en caso de que se abonen los 26 millones de euros que aún quedan pendientes, quedarán confiscados por esos 35 millones que debe al Fisco español.

El escenario es de todo, menos favorable para un posible regreso.