Un Barça de pacotilla confirma su depresión en Granada
El conjunto azulgrana cayó con estrépito en el Nuevo Los Cármenes (2-0)
21 septiembre, 2019 23:00Esperpéntico. Ridículo. Bochornoso. Lamentable. Hay muchos adjetivos que describen el partido que cuajó el FC Barcelona en el Nuevo Los Cármenes y ninguno es positivo. Los azulgranas demostraron una vez más que la versión que se ve en los partidos del Camp Nou nada tiene que ver con la que exhiben fuera de casa.
Puede sorprender leerlo, pero la realidad es que el Granada fue superior al equipo catalán a lo largo de los 90 minutos. La principal diferencia con los de Valverde es que tienen una idea de juego clara y la ejecutan a la perfección. Sea más o menos atractivo de ver, el conjunto nazarí ha dado con un sistema y unos mecanismos que le dan réditos. Así lo demuestra la tabla de la Liga: ahora mismo son líderes.
El cuadro de Diego Martínez hizo lo que debía hacer en cada momento. En la primera mitad aplicó una presión muy alta que provocó pérdidas muy peligrosas en terreno azulgrana. Cuando se pusieron por delante, se limitaron a defender de forma ordenada, sólida y contundente. Y cuando convenía, un contrataque. Un sistema sencillo pero efectivo que destrozó al FC Barcelona.
Penoso inicio
El partido empezó de la peor forma posible para los azulgranas. Corría el primer minuto de partido y Junior Firpo cometió un doble error en apenas diez segundos. Primero le regaló el balón de forma incomprensible a Soldado, y posteriormente se resbaló en la persecución a Puertas. El extremo remató, Piqué desvió el balón y Azeez culminó sobre la línea de gol.
Los jugadores del Granada celebran su primer gol contra el Barça / EFE
A partir de entonces, es decir, prácticamente todo el partido, el Granada se limitó a poner trabas al juego del FC Barcelona. Y lo consiguió. Vaya si lo consiguió. El equipo azulgrana lograba salir con el balón con cierta facilidad, pero a medida que se acercaba al área de Rui Silva se le acababan las ideas.
Griezmann y Carles Pérez no podían desbordar. Rakitic y Sergi Roberto eran incapaces de filtrar pases hacia los delanteros. El mismo juego de siempre. Mucha posesión pero sin ninguna efectividad. En ese caso tener el balón sirve de lo mismo que no tenerlo. Juego horizontal, previsible y aburrido. El Granada ni sufrió, salvo en una jugada aislada que Luis Suárez se encargó de desaprovechar. Sin poseer el esférico, los nazaríes creaban más sensación de peligro que los azulgranas, que ni siquiera tiraron a puerta en los primeros 45 minutos.
Cambio y error
Tras la reanudación Valverde introdujo dos cambios de un plumazo. Entraron Leo Messi y Ansu Fati sustituyendo a Carles Pérez y Junior Firpo. Sergi Roberto pasó al lateral y el sistema cambió del tradicional 4-3-3 al 4-2-3-1. El FC Barcelona empezó a jugar mejor, pero no fue fruto del cambio de sistema, sino de los dos jugadores que entraron. Messi y Ansu Fati sí que intimidaron, sí que desbordaron, sí que causaron sensación de peligro. Aunque los azulgranas seguían sin tirar a puerta.
Messi en el partido ante el Granada / EFE
Cuando mejor (o menos mal) estaba el equipo catalán, Valverde realizó el tercer cambio: Arturo Vidal por Rakitic. El efecto fue inmediato. Eso sí, perjudicó al Barça. Tras un lanzamiento de falta del Granada, el futbolista chileno fue al corte con todo. Incluso con los brazos. El balón le golpeó en la mano derecha y, tras consultarlo con el VAR, el colegiado indicó penalti. Absurdo e infantil, pero penalti. Esta vez Ter Stegen no pudo hacer nada por impedirlo, Vadillo le engañó y situó el 2-0 en el marcador.
Los visitantes lo siguieron intentando con la misma claridad de ideas que antes del segundo gol: ninguna. Como en el primer cuarto de hora, Ansu Fati y Messi eran los únicos que lograban hacer temblar al cuadro local. El juvenil realizó el primer tiro a puerta del partido en el 68'. El 10 realizó el otro. Rui Silva desbarató ambos con una seguridad pasmosa. Esa que te da la sensación de tener el partido bajo control, por mucho que tengas al FC Barcelona delante. El Granada ni sufrió para ganar al campeón de Liga. Los azulgranas tienen mucho trabajo por delante. Mucho.