Es un futbolista fiable. Decisivo. Mucho más cuando se enfunda el brazalete de capitán. No importa que le cueste entrar en el partido. Osasuna, con una defensa muy cerrada, le negó los espacios e intervino muy poco en la primera parte.
Raphinha, una vez más, rescató al Barça en un partido que tenía mala pinta. Jugó como mediapunta, con la misión de enlazar el centro del campo con la delantera, y su segunda parte fue espléndida. Marcó los dos goles del equipo de Flick. El primero, tras una rápida transición iniciada por Pedri.
Nunca se rinde
Flick confía siempre en Raphinha. Pudo haber sustituido al delantero brasileño, pero el capitán siempre aparece. Nunca se rinde y presiona más que nadie, juegue donde juegue.
Raphinha celebra uno de sus goles en el Barça-Osasuna con Ferran Torres y Marcus Rashford
Con Pedri y Raphinha, el Barça vive mejor. El canario es quien ve el juego con más claridad y el brasileño aniquila a los rivales. Fue él quien derribo el muro rojillo y pone, provisionalmente, al equipo azulgrana en lo más alto de la clasificación, con siete puntos de ventaja respecto al Real Madrid.
