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El Barça de basket dice adiós a la temporada sin títulos y con un final agónico. El equipo de Joan Peñarroya perdió el tercer partido, y definitivo, de los cuartos de final de la ACB ante Unicaja Málaga (97-95). El encuentro se fue a la prórroga y, en la última posesión, con las prisas, Darío Brizuela fue el encargado de subir el balón.

Y escogió mal. La mamba vasca terminó el duelo con 5 puntos, una cifra muy pobre teniendo en cuenta su nivel en ataque. Solo intentó un tiro de dos y tres desde el triple, de los que encestó solo uno. Aun así, corrió rápidamente para dar opciones al Barça en la última jugada del partido.

El balón debía ir hacia las manos de Kevin Punter, quien llevaba 37 puntos y unos porcentajes espectaculares en el lanzamiento. Sin embargo, Brizuela subió el balón hacia el lado opuesto de la cancha. Se arrinconó entre dos defensores y solo encontró a Tomas Satoransky, que no destaca por su habilidad como tirador, en la esquina. El base checo se llevó un tapón, sin apenas tiempo para armar el tiro.

Por este motivo, Darío se lleva la tarjeta amarilla de Culemanía. Eso sí, una acción no debe definir la temporada de ningún jugador. Desde invierno, el 8 del Barça ha estado a un gran nivel y ha desatascado muchos partidos.

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