La primera gran bronca de Laporta con un crack del Barça de basket

Joan Laporta es muy futbolero. Disfruta cuando habla de Johan Cruyff, de Pep Guardiola o de cualquier futbolista que destacara en el Barça. Desde muy joven iba al Camp Nou. En cambio, nunca le gustaron mucho las secciones. En el Palau Blaugrana tiene muchos detractores y como presidente le han estallado muchas crisis. La primera, en 2004.

Contra pronóstico, Laporta ganó las elecciones de 2003. El Barça estaba inmerso en una crisis deportiva, económica e institucional importante. Él activó el llamado círculo virtuoso y el equipo de fútbol fue de menos a más. El de baloncesto, en cambio, fue de más a menos.

Campeón de Europa

Laporta heredó un Barça de basket que en 2003 había ganado su primera Euroliga. Svetislav Pesic, un serbio con mucho carácter, era el técnico y Dejan Bodiroga, la gran estrella. En aquel Barcelona también jugaban Gregor Fucka, Juan Carlos Navarro y Sarunas Jasikevicius.

Jasikevicius era un base con mucha chispa. Un gran director de juego que aportaba muchos puntos. Su mejor socio era Bodiroga. Con ambos, el Barça era un equipo letal.

En 2004, Laporta destrozó un equipo campeón. Pasó la tijera y recortó el gasto. Su primera decisión controvertida fue nombrar a Valero Rivera como director de secciones, con quien Pesic tenía una relación muy tensa. Después optó por prescindir de un crack.

El Maccabi

Laporta dudó entre Jasikevicius y Bodiroga. Finalmente sentenció al base lituano, que tenía una propuesta del Maccabi que triplicaba su ficha en el Barcelona. Saras se fue, muy dolido con Laporta, con bronca incluida, y con palabras de agradecimiento a los culés.

El Barça inició un nuevo proyecto. Hubo muchas dudas y Laporta se equivocó al fichar a Dusko Ivanovic. La tensiones se multiplicaron y la solución llegó con Chichi Creus como director técnico y Xavi Pascual como entrenador. En 2010, el Barça ganó su segunda Euroliga en París. Desde entonces, fiasco tras fiasco. Hoy, la sección también está en crisis. Hace dos años, el presidente fulminó a Mirotic y, otra vez, a Jasikevicius. Esta vez, como entrenador.