La asignatura pendiente de Navarro en el Barça de basket: un crack se va gratis

Navarro tiene muchos deberes. El primero, tomar una decisión sobre el futuro de Joan Peñarroya, a pesar de que el Barça de basket ha dado síntomas de mejora tras vencer a Panathinaikos, Gran Canaria y Mónaco. El segundo, encontrar un sustituto para Nico Laprovittola. Y el tercero, planificar la temporada del año que viene. Y eso ha de pasar por renovar a Chimezie Metu.

El ala-pívot nigeriano es la gran revelación del Palau Blaugrana. Es un jugador móvil, con mucha versatilidad, a quien Peñarroya ha usado incluso como cinco en quintetos pequeños, y que defiende de maravilla. En ataque, en la NBA tenía un papel muy secundario. Ahora ha demostrado que puede tirar tanto de dos como de tres.

Situación contractual

En la Euroliga, está promediando algo más de 9 puntos por partido y casi 5 rebotes en 19 minutos, con un 60% en tiros de dos y un 35% desde la línea de triple. En la ACB, la cosa va a mejor. Suma 12,2 puntos por encuentros, con unos porcentajes del 64% en la zona y un 46,9% desde los 6,75 metros.

Ahora bien, sus actuaciones no están pasando desapercibidas y será el propio Metu el que decida su futuro. El Barça solo tiene el control del jugador hasta junio de 2025. Navarro lo firmó por tan solo un año. Chimezie dejó la NBA después de seis años en la liga de las estrellas, tras pasar por los Kings, los Pistons, los Spurs y los Suns.

Estrella en Europa

En el continente americano no destacó tanto. En el viejo continente, la versatilidad que tiene pese a sus 2,08 metros de altura le hace un crack diferencial. Su salario, en el Barça, oscila entre el millón y el millón y medio. Pero, como Justin Anderson o Kevin Punter, gracias a su único año de contrato solo para un 24,7% de impuestos.

El año que viene, la retención se dispara casi al 50%, por lo que será más difícil convencerlo. Pero aquí entra el trabajo de Navarro como mánager general de la sección. Consiguió que Jabari Parker se quedara.

Ahora debe forzar la maquinaria para conseguir atar a Metu. Con Punter y Anderson, más de lo mismo. Sino, después de un año, se habrán ido tres piezas importantes y tocará empezar otro proyecto.