Las contradicciones del Barça con el nuevo Palau Blaugrana
El club sigue sin tener financiación ni proyecto para el futuro pabellón polideportivo y podría jugar en un nuevo recinto de forma provisional
2 julio, 2024 02:21Noticias relacionadas
El nuevo Palau Blaugrana es, de momento, el patito feo del Espai Barça. El presidente, Joan Laporta, quiere inaugurar el futuro Camp Nou durante su actual mandato, pero también quiere dejar atada la construcción del futuro pabellón polideportivo. De momento no hay presupuesto ni proyecto, y el máximo dirigente y el directivo responsable de la sección, se contradicen.
"Primero, la reforma del Camp Nou, decisiva para la recuperación económica del Barça. Después, el Palau". En las oficinas del club tienen muy claras las prioridades. Laporta sueña con "un estadio que volverá a ser el mejor del mundo", mientras la Euroliga presiona al Barcelona para que dispute sus partidos en un pabellón con una capacidad mínima de 10.000 espectadores.
Objetivo, 10.000 socios
El futuro Palau tendrá una capacidad mínima de 15.000 espectadores. Contará, además, con palcos o localidades VIP, a diferencia del actual pabellón. El primer objetivo del Barça pasa por duplicar, como mínimo, el número de abonados y alcanzar los 10.000 socios.
"La idea es poner la primera piedra del nuevo Palau en febrero de 2025 y esperamos poder inaugurarlo en 2027. Se está acabando el proyecto que nos tienen que presentar los arquitectos. Esta seria la hoja de ruta", manifestó Josep Cubells, directivo responsable de la sección de basket, durante la presentación del nuevo entrenador: Joan Peñarroya.
El coste del nuevo Palau
Laporta, en 2021, soñaba con un Palau majestuoso. Él y Ferran Reverter, entonces CEO del Barça, cifraron en 420 millones de euros el coste del nuevo pabellón polideportivo. El club, asimismo, construirá un Petit Palau, con capacidad para 3.000 o 4.000 espectadores, para los partidos que disputen los equipos de fútbol sala, balonmano y hockey sobre patines.
El presidente del Barça, de momento, prioriza la reforma del Camp Nou. En los últimos días su proyecto ha sido muy criticado por arquitectos y constructores. Le acusan de no respetar el plan inicial de Nikken Sekkei y de introducir cambios constantes sobre la marcha. También le cuestionan su deseo de que el primer equipo regrese a casa en diciembre de este año.
El Palau Sant Jordi
El Barça proyecta un nuevo pabellón moderno y funcional que permitirá aumentar los actuales ingresos y reducir las pérdidas anuales. Laporta, no obstante, sabe que necesita un proyecto deportivo ganador y el actual suscita muchas dudas. El curso pasado, el equipo azulgrana no ganó ni un título y fue eliminado por el Real Madrid en las semifinales de la Liga ACB por un contundente 3-0.
El futuro a medio plazo del Barça de basket pasa por el nuevo Palau. Antes, el club podría jugar algunos partidos en otro pabellón que pueda acoger a 10.000 espectadores o más. "En nuestra ciudad solo tenemos una posible ubicación, el Palau Sant Jordi. Allí jugamos bastantes temporadas hace años. Se está mirando con el Ayuntamiento las posibles fechas y condiciones económicas para estudiar la viabilidad de un nuevo traslado", manifestó Cubells.
Un pabellón de bajo coste
Los socios del Barça, no obstante, son contrarios a un nuevo traslado al Palau Sant Jordi. La experiencia de los años 90 fue negativa y el club, como avanzó Culemanía, estudia la posibilidad de jugar sus partidos en un pabellón de bajo coste antes de la inauguración del futuro Palau Blaugrana.
"Es una posibilidad y los ejecutivos del club la están estudiando. Hay que buscar una ubicación y ver la repercusión económica y social", expresó el directivo responsable del basket. La ubicación del pabellón provisional no está decidida, aunque fuentes municipales aseguran que podrían derribar el actual Palau d'Esports de la calle Lleida, en muy mal estado, y construir unas gradas y una cubierta muy económicas.
El Barça de basket ha pasado de soñar a lo grande a buscar una solución de emergencia para evitar posibles sanciones de la Euroliga. Esta es la realidad de un club con pies de barro y con una deuda que supera los 1.000 millones de euros.