"El fútbol femenino entra en otra dimensión". Este fue el titular de Marca cuando el Real Madrid compró la plaza del CD Tacón en el año 2019. La realidad, en cambio, nos dice que si hay algún club que ha llevado el fútbol femenino español a otra dimensión es el FC Barcelona. Y así lo demuestran los resultados.
El equipo azulgrana buscará la primera Champions League de su historia el próximo domingo contra el Chelsea en Gotemburgo. Las catalanas buscarán el entorchado europeo que no pudieron lograr en 2019 ante el Olympique de Lyon. El equipo francés, volviendo a parafrasear a Marca, sí que estaba (y está) en otra dimensión.
El camino que ha seguido el Barça Femenino para llegar hasta aquí no es nada sencillo. Y no hablamos de las eliminatorias que ha tenido que superar en la presente edición de la Champions, sino de todas las barreras que ha tenido que sobrepasar un equipo que se fundó en 1970 y no se profesionalizó hasta 2015.
Travesía por el desierto
Nació bajo el nombre de Selección Ciudad de Barcelona con motivo de un partido amistoso que disputó en un festival benéfico. En 1971 tomó el nombre de Peña Femenina Barcelonista y en los años 80 se convirtió en el Club Femení Barcelona. Mantuvo esa denominación hasta el año 2002, cuando se convirtió oficialmente en una sección del FC Barcelona.
Imagen de archivo de Natalia Astrain / EFE
Integrar el equipo a la estructura del club no solucionó todos los problemas. De hecho, resolvió pocos. Natalia Astrain, entrenadora del conjunto azulgrana entre 2002 y 2006, y Sheila Sanchón, exfutbolista recuerdan en El País que se entrenaban en un terreno que los fines de semana hacía de aparcamiento, tenían un salario de 700 euros y, por lo tanto, debían compaginar el fútbol con otro trabajo, con todo lo que ello comportaba.
Se fueron dando pequeños pasos de forma muy paulatina. Astrain recuerda como algo "increíble" pasar a tener acceso a los servicios médicos de la entidad, pues antes había que acudir a la mutua de la catalana y el proceso era lento. Ella compaginaba su trabajo en el Femenino con la FCB Escola, mientras Sanchón trabajaba como operaria en una fábrica.
Paso adelante y Champions
El Barça avanzó poco a poco y dio un paso de gigante a raíz de la victoria de Sandro Rosell en las elecciones de 2010. El progreso del conjunto femenino es uno de los grandes aciertos de la gestión de Rosell primero y Bartomeu después. Jordi Mestre se convirtió en el directivo responsable del cuadro catalán a raíz del triunfo de Rosell.
Lieke Martens celebra su gol contra el PSG / EFE
El empresario recordó en una entrevista el pasado mes de noviembre que "queríamos que se sintieran apoyadas. Empezamos poniendo cariño e interés y ellas recibieron una motivación diferente. De jugar en la Ciutat Esportiva en césped artificial pasaron a hacerlo en el campo 7 de césped natural. Estaba dejado de la mano de Dios".
El Barça Femenino se profesionalizó en 2015 y sufrió un nuevo impulso a raíz del nombramiento de Maria Teixidor como directiva responsable del equipo. La abogada se volcó y con ella se alcanzó la primera final de la Champions de la historia. Xavi Vilajoana la relevó en el cargo tras su salida, pero únicamente estuvo seis meses.
Hace 20 años, ni siquiera era una sección del FC Barcelona. Hace once, su único título era una Copa de la Reina. Y hace seis se convirtió en profesional. El equipo azulgrana ha ido de la nada al todo en menos de 20 años y es el que verdaderamente ha tomado los galones de líder en la revolución del fútbol femenino. Ganar la Champions en Gotemburgo sí que sería llevar el fútbol femenino a otra dimensión.