El Real Madrid cayó derrotado este sábado contra el Villarreal (2-1) de Quique Setién, que está empezando a coger carrerilla. Los merengues no pudieron soportar las acometidas ofensivas del submarino amarillo, que a base de equilibrio y del poderío ofensivo de Yeremi Pino y Gerard Moreno consiguió llevarse una meritoria victoria.
Empujón, pero no agresión
El madridismo, sin embargo, protestó una acción que se dio en el minuto 81 de encuentro, y por la cuál reclamó un penalti inexistente. Y es que Antonio Rüdiger, al ver la necesidad urgente de marcar un gol de la forma que fuese, intentó regalar al Real Madrid un penalti inventado. El árbitro Soto Grado no picó, por suerte, y tampoco el VAR.
La acción tuvo lugar en el interior del área grogueta. Rüdiger y Dani Parejo forcejearon, y hubo un momento en el que el centrocampista local soltó el brazo y empujó ligeramente al central alemán. Éste tardó una fracción de segundo en reaccionar, antes de fingir una agresión y tirarse al césped.
El Real Madrid busca excusas
La acción ha sido muy protestada por el madridismo y por la prensa afín al club presidido por Florentino Pérez. Sin embargo, no fue castigada y desde los medios más objetivos tampoco se considera que haya infracción. "No veo agresión de Parejo a Rudiger, lo entiendo como un forcejeo dentro del área", analizó para Marca el exárbitro Pérez Burrull.
La jugada no dejó de ser un lance más que se ve en la mayoría de partidos, y que no suele ser castigado al no haber agresión de por medio. La realidad es que el Real Madrid no estuvo a la altura de las circunstancias en el Estadio de la Cerámica, y lo acabó pagando caro con una derrota que le deja tres puntos por debajo del Barça en la clasificación de Liga.