La Liga vuelve a tener nuevo líder: el FC Barcelona. Los culés escalan otra vez a la primera plaza de la competición, tras la derrota del Real Madrid (3-2) en casa del Rayo Vallecano. El equipo merengue no pudo resistir a la energía e intensidad propuesta por el conjunto rival, a tal punto que el resultado pudo ser más abultado. Con este bombazo en Vallecas, el equipo de Xavi Hernández se mantiene en lo más alto con 34 puntos, mientras que los de Ancelotti se quedan en 32 puntos.
El Rayo, muy valiente
Como era de esperarse, el equipo de Andoni Iraola salió al partido con la voracidad de comenzar con pie derecho. Esa intensidad del conjunto de Vallecas les permitió ganar duelos importantes en varias zonas del campo, lo que dio a pie a ocasiones para abrir el marcador. La recompensa arribó en tan solo cinco minutos, cuando Santi Comesaña aprovechó una gran asistencia de Fran García desde la banda izquierda.
A pesar de sentirse incómodos en el campo, el Real Madrid aún insistió en encontrar la igualdad, que en este caso se originó por un penalti sobre Marco Asensio, que posteriormente fue cobrado por Luka Modric. Ese impulso anímico del cuadro merengue fue suficiente para que Eder Militao, pocos minutos después del tanto del croata, pusiera el segundo a favor de los suyos con un potente cabezazo.
Pero el Rayo Vallecano no bajo la cabeza tras esos dos golpes consecutivos. Antes de marcharse al descanso volvieron a empatar el encuentro, tras un espectacular gol de Álvaro García. Una anotación que trajo justicia, debido a que el equipo local estaba siendo mejor en la primera mitad.
Victoria merecida
Durante la segunda parte, el ritmo de partido de los dirigidos por Iraola fue incluso superior. La energía en cada robo y recuperación fue vital para que el Rayo Vallecano estuviera compitiendo ante el cuadro merengue. El tercer tanto tendría otra vez como protagonista a Álvaro García, que logró forzar un penalti por mano de Dani Carvajal, siendo cobrado por Óscar Trejo.
Con el pasar de los minutos, el equipo de Ancelotti intentó desesperadamente rascar un punto. Sin embargo, los locales resistieron con fuerza ante cualquier tipo de acoso ofensivo. El bloque se mantuvo firme en ese tramo final, hasta que el árbitro dio por terminado el encuentro y, por ende, la merecido victoria del Rayo Vallecano.