Ni siquiera tres penaltis sirvieron para tumbar al Barça en el Ciutat de València. Tres penas máximas que se pitaron en poco más de media hora contra los intereses del cuadro azulgrana, algo que nunca antes había ocurrido en la historia. Todo ello, apenas una semana después de que al Real Madrid le haya sucedido justo lo contrario en Balaídos. ¿Casualidad?
Puede que sea una simple coincidencia, o quizá que la señal de alarma se ha encendido entre los merengues y que, como ya ocurrió en los tiempos más oscuros de Mourinho y Guardiola años atrás, la maquinaria arbitral se ha encendido para allanar el terreno del Real Madrid y dificultar el del Barça. Especulaciones aparte, la realidad es que ante el Celta los de Ancelotti dispusieron de tres penas máximas dudosas (al menos dos de ellas), mientras que al conjunto de Xavi le pitaron este domingo tres penaltis, de los cuáles sólo los dos últimos eran diáfanos.
Remando a contracorriente
Una situación antagónica que, de haber sido manipulada, no habrá dado el resultado esperado al maquinador. Porque el Barça fue capaz de sobreponerse a los contratiempos y acabó ganando para sorpresa de todos en el Ciutat de València (2-3), mientras que el triunfo ajustado del Real Madrid en Balaídos podía esperarse aunque no hubiera polémica arbitral de por medio.
La cuestión es que, desde el baño absoluto del FC Barcelona en el Santiago Bernabéu (0-4), el arbitraje parece haberse endurecido para el Barça y endulzado para el cuadro merengue. Este domingo, las penas máximas de Éric García (mano involuntaria) y Clément Lenglet (pisotón a destiempo) fueron claras, pero no lo fue el leve manotazo de Dani Alves sobre Son, que se tiró al suelo como si le hubieran arreado un puñetazo en la cara. La repetición demostró que el brasileño nunca llegó a tocar la cara del jugador del Levante, lo que genera la pregunta de por qué el VAR no intervino para anular el penalti.
Los demás también lo ven
Volviendo al escándalo arbitral que se produjo una semana atrás en Vigo, cabe recalcar que incluso Iago Aspas y el entrenador del Celta, Coudet, tuvieron que morderse la lengua para decir lo que pensaban ante los medios de comunicación. “Hay que hablar con mucho cuidado porque puedes ser sancionado. El segundo penalti aún no lo vi, el primero me pareció muy dudoso y el tercero, nada", explicó el técnico argentino, alegando que "en las repeticiones se ve de frente que Kevin está sacando el pie y el que patea es Mendy. Necesitamos alguna vez alguna revisión. Sabemos el club que somos y contra los monstruos que jugamos”, apuntó.
Curiosamente, de los tres penaltis que se pitaron a favor del Real Madrid en Balaídos, los blancos sólo lograron transformar dos. El mismo porcentaje que el Levante contra el FC Barcelona, gracias a la intervención salvadora de Ter Stegen para desviar el lanzamiento de Roger Martí a falta de media hora para el final. El conjunto de Ancelotti ostenta una distancia de doce puntos respecto al Barça al frente de la clasificación. Pero, aun así, está claro que la exhibición de los culés en el Bernabéu, todavía reciente en la memoria, ha puesto el medio en el cuerpo a todos los merengues.