El Real Madrid ha conseguido otra victoria en la Liga. Los merengues dieron un paso hacia adelante, tras superar (2-0) a un débil Getafe en el Santiago Bernabéu. A pesar de ser un triunfo con importancia, la realidad es que los reflectores fueron hacia Gareth Bale, que volvió a reencontrarse con la afición madrileña en el mencionado estadio. Su recibimiento no pudo ser más tenso, debido a la descomunal pitada que le dedicaron al jugador.
Bale salió desde el banquillo en la segunda mitad para dar descanso a Benzema. La última vez que el atacante galés jugó en el Bernabéu fue el 26 de febrero del 2020, unas semanas antes que estallara la pandemia. Desde entonces el jugador no había sido utilizado por Zidane o Ancelotti, aunque también hay que recordar que jugó una temporada cedido en el Tottenham. Esos minutos que disputó esta noche contra el Getafe representaban su reencuentro con la hinchada, que no dudo en expresar su cabreo a través de los pitos.
A pesar de esto, Bale no dudo en mostrar su mejor sonrisa como respuesta contundente a la afición del Real Madrid. Una escena que refleja a la perfección lo rota que está relación entre ambas partes. Es casi seguro que será su último año como jugador del equipo madrileño, por lo que está siendo una de sus últimas presentaciones en el estadio que fue su hogar por varios cursos.
Relación rota
Desde incontables lesiones, hasta su notable preferencia por jugar con la selección de Galés. El atacante de 32 años ha dado varios motivos para que el madridismo estalle ante cada noticia que lo vincule. Lo más curioso es que todavía atesora parte de la calidad que lo llevo a ser uno de los mejores del mundo en su posición, aunque esas actuaciones fueron con la camiseta de su país, con quien espera clasificar a la siguiente Copa del Mundo.