¡Una pataleta de libro! ¿Cómo pudo ocurrir? Un jugador profesional de fútbol debe acatar las decisiones de su entrenador. Pues en el Real Madrid no ocurrió lo mencionado durante el partido que disputó ante el Granada en una nueva jornada de Liga.
Isco Alarcón, en una acción con el Real Madrid, podría salir este verano en dirección a Milan / EFE
Hubo un futbolista que se rebeló ante Carlo Ancelotti y no es otro que Isco Alarcón. El malagueño no supo encajar su eterna suplencia. Su rendimiento sobre el terreno de juego deja mucho que desear. Lo mismo ocurrió en el FC Barcelona con Philippe Coutinho. El brasileño no quiso calentar en el partido ante el Rayo Vallecano en el último partido de Ronald Koeman. Además, en Balaídos también mostró su malestar desde el banquillo. Poco profesional.
¿Qué pasó? Básicamente le entró una pataleta al ver que no era escogido por Ancelotti para entrar a jugar en el Estadio de Los Cármenes. Estaba calentando junto a Jovic y Camavinga, cuando éstos fueron llamados por el míster para salir. El rebote comenzó de inmediato.
Isco, enfadado
El internacional con la selección española se pilló un cabreo de aúpa ante la decisión de Carletto. Vio que Isco no era necesario y optó por otros jugadores. La reacción del centrocampista fue inmediata: se enfadó y se sentó en el banquillo con cara de pocos amigos.
Ancelotti dirigiendo al Madrid / EFE
Según una información de ‘El Larguero’, Davide Ancelotti, hijo y ayudante del primer equipo, alertó a su padre sobre lo que estaba sucediendo. Con lo que tomó cartas en el asunto. El italiano actuó. ¿Qué hizo Ancelotti? Apagar un fuego que podía extenderse sin necesidad mientras el Real Madrid pasaba por encima del Granada futbolísticamente hablando. Isco salió a jugar casi un cuarto de hora: Suplió a Luka Modric en el minuto 79. Incendio ‘controlado’ de manera momentánea.
El español termina contrato al término de la presente campaña 2021-2022 con lo que no seguirá en el Santiago Bernabéu y Florentino Pérez, presidente blanco, se ahorrará una ficha de 15 millones de euros brutos. Su protagonismo es descendente y ya no tiene hueco en la plantilla.