La relación de Gareth Bale con el madridismo no pasa por su mejor momento. El galés hace mucho que ha dejado de ser un futbolista confiable para el Real Madrid, pero su actitud es lo que lo ha condenado en determinados momentos. Ahora el delantero ha vuelvo a afectar a esa relación por aceptar el llamado de su selección para el próximo parón FIFA, a pesar de no jugar con el equipo merengue desde hace varias semanas.
Recordemos que Bale ha estado lesionado desde mediados del mes de septiembre por una lesión en la rodilla. Desde entonces, se ha perdido aproximadamente 12 partidos (entre todas las competiciones). Los planes del conjunto de Ancelotti eran que el jugador de 32 años volviera a los terrenos de juego para el compromiso ante el Shakhtar (3 de noviembre) o Rayo Vallecano (6 de noviembre). Sin embargo, parece que no estará presente en ninguno de los mencionados enfrentamientos, con la finalidad de estar en las mejores condiciones para la selección británica.
La mirada de Ancelotti a Gareth Bale / EFE
Defensa del entrenador
Carlo Ancelotti, director técnico del Real Madrid, ha decidido bajar la intensidad de la noticia de la posibilidad de ver a Bale jugar con la selección de Galés. “Está comprometido. Su situación es clara, ha tenido una lesión larga, está cerca de recuperarse, puede ser que vuelva antes del Rayo y luego el equipo nacional le necesita y será Gales quien le evalúe. Si el jugador está recuperado totalmente, nosotros estamos encantados, puede jugar y regresar en una mejor condición”, declaró.
Postura firme
Hay varios rumores que vinculan que la entidad madrileña estaría interesada en ceder al experimentado atacante en el siguiente mercado invernal; no obstante, Bale mantiene su postura de quedarse toda la temporada en la capital española. En la ventana de traspasos de verano intentaron convencer al jugador de fichar por otro equipo, pero insistió en cumplir con todo su vínculo contractual, el cual termina el 30 de julio del 2022.
Gareth Bale en un partido del Real Madrid / EFE
Esa serie de decisiones del galés hacen que se produzca un cóctel explosivo, en donde la afición merengue hará lo posible para expresar su descontento cuando lo vuelvan a ver en la cancha del Santiago Bernabéu. Todo apunta a que su último año no será recordado con absoluta felicidad.