¡Mucho cuidado! Eso tuvieron que tener algunos de los aficionados que estaban en los aledaños del estadio del FC Barcelona. En el Camp Nou se vivieron momentos de tensión tras la derrota de los de Ronald Koeman. Era un ambiente más bien intranquilo. La policía identificó a un joven que vestía la camiseta del Real Madrid y le recomendó que se la tapase para evitar problemas.

Esa decisión tuvo el objetivo prioritario de salvaguardar su integridad en el caso de que algún aficionado barcelonista la tomara con él. Cosas de rivalidades. No debería de haber ningún problema, pero como algunos dicen: Más vale prevenir que curar.

Los aficionados del FC Barcelona no estaban nada contentos con el resultado que su equipo había cosechado ante el eterno rival. Lo cual hizo que los nervios estuvieran a flor de piel. Era el tercer Clásico consecutivo perdido con Koeman dirigiendo al club.

La policía mantuvo el orden

Esa era la principal prioridad de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado ante un acontecimiento tan relevante como un Barça-Madrid. Un policía en cuestión observó que había un joven vistiendo la camiseta del club blanco en plena calle antes de iniciar el encuentro. Lo cual le hizo reaccionar.

Control de tráfico de los Mossos en Cataluña / @mossos (TWITTER)

Control de tráfico de los Mossos en Cataluña / @mossos (TWITTER)

El policía le hizo ver que lo mejor era tapar esa elástica con una chaqueta que la cubriese y éste obedeció de inmediato al comprender lo que se le estaba pidiendo. Todo era por salvaguardar su integridad. Toda prevención es poca. He aquí otro ejemplo de las recomendaciones de las autoridades.

Koeman, linchado

El entrenador del FC Barcelona fue sorprendido por un centenar de aficionados azulgranas a la salida del Camp Nou. Ronald Koeman salió con su propio vehículo con la compañía de su mujer, que también tuvo que vivir esos momentos de angustia. Fue linchado.

Ronald Koeman, dirigiendo el entrenamiento del Barça / FCB

Ronald Koeman, dirigiendo el entrenamiento del Barça / FCB

Los hinchas mostraron su cabreo al entrenador zarandeando su coche y subiéndose encima de él. Recibió insultos y gritos de todo tipo dejando patente la cara menos amable del deporte. Le exigían que se fuese del Barça. Fueron unos momentos deplorables y que no debieron producirse nunca. El club debería tomar cartas en el asunto.