El clan hispano del PSG margina a Mbappé
El francés se siente desplazado por la parte latinoamericana del vestuario
27 septiembre, 2021 17:46Se las prometían felices en París tras la llegada inesperada de Messi a la capital francesa. Al Khleafi se mostraba pletórico en la presentación del crack argentino seguro de haber juntado a una de las mejores delanteras del mundo.
Sin embargo, los problemas de convivencia no han tardado en aflorar en el vestuario del club francés. El principal afectado por esta nueva configuración del vestuario ha sido Kylian Mbappé. El delantero francés no dudo en mostrar su malestar en el banquillo durante el partido del domingo frente al Montpeller al acusar a su compañero Neymar de que este no le pasaba el balón.
El clan hispano
Desde su llegada en 2018, el delantero francés consiguió establecer una muy buena conexión con Neymar en la delantera del equipo. Sin embargo, según desvela el diario francés l’Équipe, Mbappé se ha ido distanciando del brasileño poco a poco durante esta temporada. Esta falta de sintonía se ha trasladado al terreno de juego donde ninguno de los dos ha conseguido donde no se han asistido ni han marcado un gol en el que ambos estuviesen implicado.
La razón de este cisma, según apunta el diario francés, sería con la “hispanización” del vestuario del PSG que se ha acentuado todavía más con la llegada de Leo Messi. El astro argentino se unió a una larga lista de jugadores que hablan el castellano: Di María, Leandro Paredes, Sergio Ramos, Sergio Rico, Keylor Navas, Icardi, Ander Herrera y Rafinha. Y en ese nuevo grupo Mbappé no ha llegado a sentirse cómodo.
Neymar, Mbappé y Messi en el entrenamiento de los parisinos / PSG
También se apunta a que algunos jugadores del vestuario francés no entienden algunas actitudes de Mbappé como la de no asistir a las veladas que la plantilla organiza fuera del terreno de juego.
Mauricio Pochettino deberá asumir no solo las dificultades tácticas de juntar a tres jugadores como Mbappé, Neymar y Messi en el campo, si no que también deberá aprender a manejar los egos de un vestuario en el que la convivencia pende de un hilo.