Esta Liga es una locura. La jornada 35 estaba destinada a marcar un antes y un después en el desarrollo del campeonato. Y al final, todo ha quedado igual. Tras el empate de FC Barcelona y Atlético de Madrid en el Camp Nou, el Real Madrid hizo lo propio contra el Sevilla y sigue a dos puntos del conjunto rojiblanco.
A diferencia de lo que se vio en el feudo azulgrana, el choque entre la entidad de Chamartín y los hispalenses sí fue atractivo para el espectador. Tuvo de todo: juego ofensivo, ocasiones de gol, tensión y polémica. La balanza se pudo decantar hacia cualquiera de los dos lados y finalmente la flor de Zidane decidió que todo quedara en empate.
Equilibrio de fuerzas
El Sevilla salió al verde con una marcha más ante un equipo que parecía todavía afectado por la derrota en Stamford Bridge del pasado miércoles. El equipo hispalense empezó dominando el esférico y el ritmo del encuentro, con Papu y Suso haciendo mucho daño a Odriozola y Marcelo, respectivamente.
Acuña contra el Real Madrid / EFE
La primera acción de peligro la tuvo el Real Madrid. Odriozola rompió al espacio y puso un centro medido para Benzema, que no falló. El lateral estaba en fuera de juego y el gol fue anulado. Los andaluces siguieron a lo suyo y encontraron premio en el 23'. Suso sirvió una falta en corto, Jesús Navas centró al área, Rakitic la puso para Fernando y el centrocampista brasileño anotó tras un recorte sobre Casemiro.
El tanto sirvió para despertar al Real Madrid. Los blancos empezaron a arrinconar al Sevilla. Aunque les costó una barbaridad hacerles daño. Los de Zidane dominaron la posesión pero no pudieron generar acciones de verdadero peligro. La más clara fue un disparo lejano de Benzema que Bono desvió con una parada poco ortodoxa.
Reacción blanca
La entidad de Chamartín pisó el acelerador tras la reanudación. Se asentó en la frontal del área de Bono y empezó a probar fortuna con disparos lejanos. Le seguía costando generar peligro y el gol del empate tuvo que llegar tras un error de Jordán. El centrocampista la perdió en la medular, el Real Madrid salió al contragolpe y Marco Asensio lo culminó.
La mano de Militao / EFE
El equipo blanco estaba cada vez mejor hasta que llegó el penalti a favor del Sevilla. Fue la jugada que más dará que hablar. Militao la tocó con la mano, pero el colegiado en principio no lo vio. Los merengues salieron al contragolpe, Benzema se plantó solo ante Bono y el marroquí lo derribó. En principio, el árbitro señaló penalti para la entidad de Chamartín, pero tras ver la mano de Militao en el VAR cambió de área. Rakitic no perdonó.
Una derrota dejaba al Real Madrid prácticamente fuera de la lucha por la Liga. Hasta que apareció la flor de Zidane. Kroos, en el 94', disparó desde muy lejos y le salió un tiro muy desviado. Iba directamente fuera, pero rebotó en el pie de Diego Carlos, cambió la trayectoria, despistó a Bono y entró en la portería. El Barça-Atlético y el Real Madrid-Sevilla debían decidir la Liga, pero todo sigue igual.