El estadio Alfredo di Stéfano hospedó uno de los mejores clásicos de los últimos tiempos. Real Madrid y FC Barcelona lucharon de tú a tú en un encuentro frenético al que la lluvia y el frío añadieron epicidad. La balanza acabó cayendo del lado del equipo blanco, que tuvo esa pizca de suerte necesaria en este tipo de partidos.
La genialidad de Benzema y la carambola en el lanzamiento de falta de Toni Kroos condicionaron el duelo. El conjunto azulgrana encerró a la entidad de Chamartín en su área durante la segunda mitad, pero Mingueza fue el único capaz de derribar el muro que construyó el cuadro dirigido por Zidane.
Banco de pruebas
El planteamiento salió a pedir de boca para la entidad de Chamartín. Se llevó los tres puntos, imprescindibles para seguir con aspiraciones en la lucha por la Liga, y además le sirvió para preparar el encuentro del próximo miércoles contra el Liverpool. Los merengues deberán defender el 3-1 en Anfield.
Pedri en una acción contra Casemiro / EFE
Se espera que el equipo red salga a por todas desde el primer minuto, y el Real Madrid deberá evitar como sea que los de Klopp se pongan por delante en el marcador en el arranque. De lo contrario, el Liverpool se encontrará a tan solo un gol de dar la vuelta a la eliminatoria y clasificarse para semifinales.
Los blancos tienen que defender dos goles en Anfield, los mismos que en la segunda parte del clásico celebrado en Valdebebas. Además, contarán con la amenaza de los contragolpes. Vinicius y Benzema hicieron mucho daño al FC Barcelona a través de las transiciones rápidas, y pueden hacer lo mismo en Liverpool.
Menos desgaste
Más allá de que el conjunto azulgrana fuera un banco de pruebas para Zidane, el planteamiento del preparador francoargelino también sirvió para que sus futbolistas tuvieran menos desgaste. Jugando de tú a tú, el Barça hubiera tenido más opciones de derrocar al Real Madrid, pues lleva menos acumulación de minutos.
Toni Kroos y Luka Modric ante el Liverpool en Valdebebas / REDES
No solo eso, sino que el equipo azulgrana ha demostrado rendir mejor ante aquellos equipos que apuestan por un bloque alto y dejan espacios a su espalda. La goleada a la Real Sociedad y el gran encuentro de París, aunque se saldó en empate, son la mejor demostración. Zidane tomó nota y, de paso, preparó la visita a Anfield.