Líder por unas horas. El Real Madrid dormirá en la primera posición de la Liga tras haber superado con mucha comodidad al Celta de Vigo (2-0). Si el Atlético de Madrid pierde contra el Alavés en Mendizorroza, los blancos serán líderes al término de una jornada por primera vez en lo que va de temporada.

Aunque no fue un partido brillante, en Valdebebas se jugó en todo momento a lo que quiso el equipo dirigido por Zinedine Zidane. El conjunto celeste tuvo la pelota en muchas fases del encuentro, pero salvo dos ocasiones aisladas, fue incapaz de crear sensación de peligro en la portería de Thibaut Courtois.

Soporífero

Los primeros cinco minutos de encuentro fueron más ajetreados que los 85 restantes. Denis Suárez puso un pase medido a Iago Aspas y lo dejó solo ante la portería de Courtois. El de Moaña se durmió a la hora de definir, trató de picarla por encima del arquero belga y Nacho, muy atento, desvió su tiro.

Lucas Vázquez celebra su gol contra el Celta / EFE

Lucas Vázquez celebra su gol contra el Celta / EFE

En la jugada inmediatamente posterior, la entidad de Chamartín se adelantó en el marcador. Marco Asensio dirigió el contragolpe por el flanco izquierdo, llegó prácticamente hasta línea de fondo y puso un centro medido para que Lucas Vázquez, a placer, rematara a bocajarro y adelantara a los suyos en el marcador.

Con el gol del Real Madrid, el Celta se convirtió en el dueño único del esférico. Los vigueses tocaban a placer y a los blancos no les molestaba en exceso. Sobre todo porque eran incapaces de crear ocasiones de verdadero peligro. Tuvieron la posesión, pero no pudieron utilizarla para poner en apuros a Courtois.

Se acabó sin Aspas

Con o sin tiros a puerta, el Celta estaba logrando equiparar fuerzas con la entidad de Chamartín. Hasta que Iago Aspas cayó lesionado tras una falta de Nacho Férnandez. La estrella viguesa se tuvo que retirar del terreno de juego y dejó hundidos a sus compañeros, que un minuto después encajaron el segundo gol.

Iago Aspas en el partido contra el Real Madrid / EFE

Iago Aspas en el partido contra el Real Madrid / EFE

Jeison Murillo cometió un error incomprensible y regaló el esférico a Modric en la medular. El centrocampista croata se lo cedió a Lucas Vázquez y esté le devolvió el favor del primer tanto a Asensio. Dejó al extremo mallorquín completamente solo ante la portería de Rubén Blanco y solo tuvo que empujar.

El aburrimiento se hizo con el dominio del encuentro en los últimos 40 minutos. El Real Madrid, con el triunfo bajo el brazo, no necesitaba arriesgar. El Celta, con Aspas tocado en la grada, estaba hundido moralmente y se limitó a esperar a que De Burgos Bengoetxea señalara el camino al túnel de vestuarios.