El Real Madrid de Zinedine Zidane demostró una vez más que, cuando no puede fallar, es intratable. Los blancos superaron al Borussia Monchengladbach (2-0) en el Alfredo di Stéfano y certificaron su billete para los octavos de final de la Champions. Y la fortuna, siempre caprichosa, permitió al cuadro merengue clasificarse como primeros de grupo con solo 10 puntos. En cambio, un Barça prácticamente intratable y que acabó con 15 puntos, finalizó segundo y deberá jugar contra un coco en la próxima ronda.
El técnico francés sacó a su once de gala contra los bávaros. No se reservó a nada. Tampoco a un Sergio Ramos que volvía de su lesión, y que demostró de nuevo su liderazgo en el eje de la defensa. Los de Chamartín dominaron el enfrentamiento desde el primer segundo. Controlaron el balón e hicieron mucho daño a los visitantes por las bandas.
Karim Benzema, celebrando un gol ante el Borussia Monchengladbach | EFE
Precisamente, de centros llegaron los dos goles de Benzema en el primer tiempo, que prácticamente aseguraron el pase del Real Madrid. Con un Luka Modric celestial, llevando la batuta del encuentro, el equipo merengue no sufrió en ningún momento. Pleá, en un contraataque, tuvo la única aproximación del Gladbach, pero su disparo se marchó muy desviado ante Courtois.
La segunda mitad fue un puro trámite para un Real Madrid que se dedicó a calibrar sus esfuerzos. Los blancos redujeron considerablemente la intensidad, y se limitaron a pasar con lo justo. Asimismo, el Borussia tampoco apretó porque el empate del otro choque del grupo, entre Inter y Shakhtar, les facilitaba también su clasificación. Pacto de caballeros y todos contentos. Zidane vuelve a salvarse, y encima y contra todo pronóstico, lleva a su equipo de nuevo a los octavos como primeros de grupo.