Gareth Bale lleva años consumado en el más profundo infortunio. La desgracia persigue al galés allá donde va. Todo empezó en el Real Madrid. Sus primeros años en Chamartín fueron notables, y en el recuerdo del madridismo están sus actuaciones en partidos clave de la historia del club blanco, como en finales de Champions.
Sin embargo, en sus últimos años perdió las ganas de jugar al fútbol, y Zinedine Zidane le hizo la cruz. Y entonces, demostró su cara más egoísta y despreocupada. Se limitó a cobrar su alto contrato y a protagonizar polémicas extradeportivas fuera del terreno de juego. Disfrutaba más en el campo de golf que en el Santiago Bernabéu.
Zinedine Zidane y Gareth Bale /REDES
Era un contratiempo importante para la convivencia con el vestuario, así que Florentino Pérez decidió darle salida a cualquier precio. Finalmente, acordó una cesión con el Tottenham donde le seguirán pagando parte de su ficha. Final triste para un jugador que ha tenido más sombras que luces en sus siete años en la capital.
Bale, gafado en su redebut con el Tottenham
Desde el momento de su llegada a Londres, y la presentación con el equipo que le dio su primera oportunidad a nivel profesional, se pudo ver ya a un Gareth Bale con un ánimo muy distinto al de los últimos meses en el Real Madrid. Sonriente, motivado y con ganas de demostrar su calidad en el terreno de juego.
Su redebut se hizo esperar, ya que fichó por el Tottenham estando lesionado. Sin embargo, su gran momento finalmente se produjo este fin de semana, en el choque de los Spurs contra el West Ham. Mourinho le dio entrada en el minuto 70, para su desgracia. Y es que la maldición de galés acabó por amargar también al portugués.
Los jugadores del Tottenham, abatidos tras el empate del West Ham | EFE
En los 20 minutos que el extremo estuvo en el campo, los londinense dejaron escapar una renta de tres goles. Ganaban 3-0 y acabaron empatando, con un gol de Lanzini en el último instante. Desde la entrada de Bale, los tantos visitantes no dejaron de subir al electrónico. La mala fortuna se sigue cebando con Bale.
Tras el encuentro, Mourinho explicó la razón por la cual no incluyó a Bale en el once inicial, y le demostró que no ha llegado con el cartel de estrella, y que tendrá que trabajar como el que más para ganarse los minutos. "La decisión de no sacarlo fue una buena decisión. Una decisión para demostrar que no tiene una silla hermosa esperándole en el equipo. Fue un mensaje para el equipo. Todo es positivo, la atención no estaba en él, estaba en el juego", sentenció.