Eder Hazard junto a Zinedine Zidane /REDES

Eder Hazard junto a Zinedine Zidane /REDES

Real Madrid

Hazard celebra el primer año de su Vía Crucis en el Real Madrid

El lunes se cumplió el aniversario de su primer y único gol oficial como madridista

6 octubre, 2020 12:17

No todas las efemérides traen consigo algo bueno que celebrar. Como en el caso del delantero del Real Madrid, Eden Hazard. El lunes se cumplió un año del primer y único gol oficial que el belga ha marcado con la camiseta blanca. Un gol en Liga en la victoria contra el Granada en el Santiago Bernabéu. Y justo este martes hace un año que empezó su verdadero calvario.

Un Vía Crucis que va camino de prolongarse en el tiempo y que en 2018 le costó 160 millones de euros al bolsillo de Florentino Pérez, aunque el presidente blanco se esforzara por silenciar esta escandalosa cifra y rebajarla a 100 millones.

Eden Hazard en un entrenamiento del Real Madrid / EFE

Eden Hazard en un entrenamiento del Real Madrid / EFE

Eden Hazard en un entrenamiento del Real Madrid / EFE

En un año natural, el delantero belga, el fichaje estrella de la temporada pasada del conjunto blanco, sólo ha marcado un mísero gol vestido de blanco y el resto del curso se lo pasó de baja, ya que estuvo 8 meses sin poder jugar al futbol por culpa de hasta siete lesiones desde que llegó al club. En siete años en el Chelsea, Hazard sólo se había ausentado de 20 partidos por lesión, mientras que en dos años en Madrid, ya se ha perdido 30 encuentros.

El año blanco de Hazard

Tras la salida del Madrid de Cristiano Ronaldo en 2018, el delantero belga ha rentabilizado el gol más caro de su carrera deportiva a golpe de la billetera de Florentino, que, con la incorporación de Hazard en la ofensiva blanca, pretendía que la afición y el vestuario llenara el gran vacío que había dejado Cristiano.

Pero, lejos de convertirse en el relevo del portugués, Hazard firmó su contrato con el Madrid sin saber el calvario que esto supondría para él y para el propio club. Su debut como madridista se hizo esperar, ya que no jugó las tres primeras jornadas, y una vez pisó los terrenos de juego como blanco, tardó 114 días en marcar.

La superstición del ‘7’

Parece que Cristiano ha maldecido el dorsal que defendió como jugador del Real Madrid –marcando la friolera de 450 goles en 430 partidos, pues los jugadores que lo han llevado tras su marcha han rendido en un nivel que deja mucho que desear.

Cristiano Ronaldo durante un partido con la Juventus /REDES

Cristiano Ronaldo durante un partido con la Juventus /REDES

Cristiano Ronaldo durante un partido con la Juventus / REDES

El primero de ellos fue Mariano Díaz y después fue el turno de Hazard. Los más de 100 millones que Florentino se gastó en el delantero belga siguen esperando una justificación de su objetivo en esta temporada para intentar empezar des del 1, 365 días después.

Castillos en el aire

Si bien es cierto que el delantero belga fichó por el Madrid tras ganar el balón de plata en el Mundial de Rusia 2018 tras marcar tres goles –sólo por detrás de Luka Modric-- y cerrar aquella temporada en el Chelsea con 21 dianas y 17 asistencias, Hazard está tardando de más en adaptarse al equipo. Tras 22 partidos con el Madrid –seis de Champions y 16 en liga--, sus estadísticas son muy cortas: seis asistencias, un gol y una tarjeta amarilla.

A pesar de esta pasividad de Hazard en el campo, acentuada por la serie de lesiones consecutivas más larga que ha tenido en su carrera, cabe destacar que Zinedine Zidane sólo ha dejado al belga disputar cuatro partidos enteros, lo que significa que desde noviembre del año pasado, el delantero no ha vuelto a completar ningún partido.

Hazard en un partido del Real Madrid / EFE

Hazard en un partido del Real Madrid / EFE

Hazard en un partido del Real Madrid / EFE

En Liga, Hazard promedia 1,2 disparos a puerta y tres regates y tres asistencias por partido. Además, recibe tres faltas y nunca cae en fuera de juego. La cifra realmente preocupante es su ratio de goleador en el Madrid: 0,05 goles por partido, uno cada 1.545', de momento. Unos números, muy lejanos a los esperados y que exigen una reacción por parte del jugador a la altura. Eso, si el belga no quiere que esta sea su segunda y última temporada en el conjunto blanco.