Volvió la Liga y volvió el jugador más decisivo del Real Madrid: el VAR. Ni el buen momento de forma de Benzema es capaz de eclipsar la ferocidad del gran y verdadero protagonista de las victorias blancas. El jugador número 12 blanco hace tiempo que dejó de ser la afición, especialmente tras la pandemia, para asegurar los triunfos al club de Florentino Pérez. La última víctima, el Betis (2-3).

Los verdiblancos de un viejo conocido blanco como es Manuel Pellegrini no podían dar la campanada. El guión no lo contemplaba. Hubiese sido demasiado que el vigente campeón de Liga hubiese empezado el curso con dos tropiezos, tras el empate en la segunda jornada contra la Real Sociedad. Por este motivo, no tardó en intervenir el mejor jugador del Real Madrid: el VAR.

Corrige acciones nada clamorosas 

El árbitro del encuentro, De Burgos Bengoetxea, disimuló con clase y añadió incertidumbre a las decisiones más polémicas, pero finalmente no dudó en dar la razón a las sutiles percepciones que disparaban las alarmas en la sala VOR, presidida por José Luis González González. Primero, una roja directa y expulsión. Después, un penalti que nadie vio. Nadie excepto ellos.

Es importante destacar que los jugadores blancos apenas reclamaron nada. En la acción de la expulsión sí que se quejó Jovic, víctima del contacto con Emerson que en ningún caso parecía suficiente para justificar una expulsión directa. El penalti no lo reclamó nadie. Y esto es clave porque la norma es que el VAR debe intervenir ante acciones clamorosas no ante cualquier acción susceptible de distintas interpretaciones y, por su supuesto, de polémica. 

Escandaloso

De poco sirvieron los cinco goles del encuentro: Benzema, William Carvalho, Mandi, Emerson en propia puerta y Ramos de penalti. El encuentro fue competido, estuvo igualado, ambas partes generaron algunas ocasiones y mostraron sus debilidades defensivas. Pudo haber pasado a la historia como un interesante y reñido partido de fútbol. Pero no. Pasará a la historia como otro robo que agranda la leyenda del Real Madrid.

De las armas que valieron para ganar la última Liga se vuelven a servir este curso para buscar la segunda consecutiva en plena crisis culé. No vaya a ser que un Barça en erupción les vaya a volver a ganar. Por favor.