Hasta Sergio Ramos se quedó mudo. Nadie lo esperaba. Era el primer partido y el marcador reflejaba un resultado ampliamente favorable, pero Zinedine Zidane estalló contra sus pupilos. El técnico francés, consciente de la tendencia a la relajación que tienen sus futbolistas, sacó las malas pulgas en el segundo tiempo del Real Madrid-Eibar (3-1).
El partido, disputado en Valdebebas, se puso de cara en seguida para los blancos. Kroos marcaba a los cuatro minutos y al descanso el resultado reflejaba tres goles de ventaja. En la segunda parte hubo relajación, el Eibar apretó y Zidane sufrió.
Primer aviso, en la pausa de hidratación
El entrenador galo aprovechó uno de los parones de hidratación del segundo tiempo para llamar la atención a sus jugadores. Pero fue una vez terminado el partido cuando Zizou volvió a dirigirse a sus jugadores y, en esta ocasión, lo hizo de forma mucho más vehemente.
Celebración del gol de Kroos en el Madrid - Eibar / EFE
Zidane abroncó a sus jugadores sin miramientos después del encuentro, visiblemente molesto, y les echó en cara esos momentos de relajación que le pueden costar una Liga al equipo. El galo quiere que los jugadores vayan a por el quinto gol si pueden y no se relajen en el 3-0 para terminar 3-1 o 3-2. Y quiso dejar claro que esos bajones pueden costar muy caros en otros partidos que se pongan más feos.
¿Miedo al Barça?
En rueda de prensa, el técnico reconoció esas malas sensaciones: "La primera parte fue muy buena en todo y a lo mejor nos relajamos en la segunda".
Da la sensación de que Zidane desprende un punto de miedo. Sabe que será muy difícil que este Barça falle.