Al Real Madrid, como le sucede al Barça, está renovando poco a poco la plantilla del primer equipo. Esta temporada este cambio se ha empezado a ver en la medular, una línea que Zidane ha procurado no tocar mucho mientras las cosas iban bien. Poco a poco ha ido entrando Fede Valverde, poniendo en apuros a Modric y Kroos.
Precisamente es el alemán quien pone en apuros la planificación de los próximos cursos. Tiene 30 años y el año pasado renovó hasta 2023. Es consciente de que puede ser su último gran contrato y está totalmente decidido a cumplirlo hasta el último día. El croata (34 años), en cambio, está abierto a salir e incluso se plantea la retirada.
La testarudez de Kroos no sienta nada bien al madridismo. Esta temporada su protagonismo ha ido a menos y sus rifirrafes cuando no juega son constantes. La afición del Bernabéu ve su continuidad como un obstáculo a las nuevas generaciones como Odegaard, Camavinga (jugador que interesa mucho) o al propio Valverde.
Toni Kroos en una imagen de archivo con el Real Madrid / EFE
Problema a la vista
La realidad es que, en las grandes citas, Zidane ha apostado por la medular Modric-Casemiro-Valverde prescindiendo del alemán. El último gran partido, contra el Manchester City, se quedó en el banquillo los 90 minutos. Le quedan 11 partidos más la Champions para reivindicarse.
Recientemente estuvo implicado en un revuelo por el recorte salarial. Se sintió molesto tras unas declaraciones que fueron muy mal interpretadas por parte de los aficionados. El entrenador quiere empezar a dar cancha a los jóvenes y sentar a jugadores veteranos como Ramos, Marcelo, Modric o Benzema.
Las opciones que rechaza (de momento)
Desde la capital apuntan que, aunque tiene muchas opciones sobre la mesa, no se va a mover. Al menos de momento. Las opciones de irse a la China o a Estados Unidos no la contempla, aunque fue comentada por su hermano, Félix Kroos, centrocampista de la Union Berlin. Tampoco se descarta que vuelva a la Bundesliga, en un equipo más modesto, hasta colgar las botas.