Florentino Pérez llevaba años persiguiendo el fichaje de Eden Hazard. El futbolista belga era una de sus mayores debilidades. Su capacidad para desbordar, su visión de juego, su exquisita técnica y, por qué no decirlo, su estatus de galáctico, seducían al presidente del Real Madrid. Llevaba años con el extremo entre ceja y ceja.
Florentino Pérez en la presentación de Eden Hazard / EFE
Intentó su traspaso en varias ocasiones, pero jamás llegaba a satisfacer las pretensiones del Chelsea. Hasta el pasado verano. El contrato de Hazard con el club inglés caducaba en 2020 y los londinenses no tuvieron más remedio que venderlo para no verlo marchar a coste cero solo un año después.
Año negro
El primer año de Hazard en el Real Madrid ha sido de todo menos ilusionante. En gran parte por sus problemas físicos. Tardó en ponerse a tono y al mismo ritmo que sus compañeros. Y cuando lo consiguió recuperar esa chispa, velocidad y a demostrar su capacidad de jugador desequilibrante, llegó la entrada de su compatriota Meunier en el partido contra el PSG en el Bernabéu, que le dejó en el dique seco durante prácticamente tres meses.
Tras esto, reapareció a un alto nivel contra el Celta, y estaba dispuesto incluso a forzar para para jugar el Clásico, pero volvió a recaer en Levante. Para solucionar de una vez por todas estos problemas físicos, decidió viajar a Estados Unidos para operarse de su fisura en el peroné distal derecho.
Hazard, en el momento de su lesión | EFE
La idea era que no volviese a jugar este curso. No obstante, la suspensión de las competiciones a causa del coronavirus ha jugado a su favor. Siguió su proceso de recuperación en casa durante el confinamiento, y en estos momentos ya ha conseguido incorporarse al mismo ritmo que sus compañeros en los entrenamientos. No obstante, sigue demostrando que los malos hábitos son una de sus perdiciones.
Sobrepeso
Uno de los grandes culpables por los que a Hazard le costó entrar en el equipo tras el pasado verano fue el sobrepeso. Él mismo reconoció hace unos meses que es una persona dada a ganar peso y perderlo muy rápidamente. “Cogí cinco kilos en verano. Soy de los que cogen peso rápido y también lo pierdo. En el Lille pesaba 72 o 73 kilos y al ganar músculo pasé a 75. El pasado verano subí a 80 kilos pero lo perdí en diez días”, comentó en una entrevista concedida a la revista belga Sport/Foot Maganize.en.
Hazard, cabizbajo tras su pésima actuación en el derbi / EFE
Y tras el confinamiento, lo ha vuelto a demostrar. Las imágenes hablan por sí solas. En el Madrid están contentos de que el belga pueda estar con el grupo, pero reconocen que le hace falta más trabajo físico para que su cuerpo vuelva a habituarse a la competición. No obstante, Hazard es el primero en conocer su cuerpo, y es consciente de que trabajando, conseguirá estar a tono para la vuelta de la competición. O al menos, eso espera.