El Real Madrid tiene este domingo una auténtica final. Tras unas semanas cosechando nefastos resultados -Celta de Vigo (2-2), Levante (1-0) y Manchester City (1-2)- llega uno de los clásicos más igualados de los últimos años. Actualmente los separan dos puntos del Barça y una derrota los dejarían muy tocados, a cinco.
Zinedine Zidane quiso sacarse la presión de encima en la previa del partido, pero es consciente que es él quien acapara todos los focos. Una derrota contra los culés no solo los alejaría peligrosamente del liderato, sino que podría costarle el puesto en el banquillo. El juego no convence y los resultados, tampoco.
El once de Zidane
A diferencia de Quique Setién, el entrenador galo no ha tenido problemas para conformar la lista de convocados. Contaba con 22 futbolistas sanos y ha descartado a jugadores como Luka Jovic, Nacho y James Rodríguez en la grada. Entra en el lugar del serbio Mariano Díaz, que todavía no ha disputado ni un solo minuto en Liga.
Zidane en un entrenamiento del Real Madrid / EFE
Zidane apostó por dejar en el banquillo en Champions League a Toni Kroos y la apuesta le salió cruz. En los últimos instantes del partido, los cityzens les pasaron por encima completamente. Se espera que el alemán vuelva este domingo al once.
El once titular del Real Madrid sería con Courtois; Carvajal, Ramos, Varane, Mendy; Casemiro, Valverde, Kroos; Isco, Vinicius y Karim Benzema. Hay algunas posiciones que generan dudas, pero este ha sido el once que más confianza da al francés en las grandes citas.
No se descarta ver de nuevo a Luka Modric como titular, pues estuvo mejor que el centrocampista uruguayo contra el Manchester City. El croata aporta más control en el juego mientras que el canterano es más vertical, pero ofrece una presión más intensa a la de su compañero.
Zidane, hablando con Modric en un partido del Real Madrid | EFE
Tampoco se puede dar por hecho que Gareth Bale se quede en el banquillo. El galés ya entró en el once titular en el partido de la primera vuelta en el Camp Nou, aunque tiene pie y medio fuera del equipo. Es de los pocos jugadores blancos que tiene gol y en un clásico esto siempre es determinante.