La Liga está que arde. El Real Madrid cedió dos puntos en el Santiago Bernabéu ante el Celta, y aunque mantienen el liderato, su ventaja es mínima sobre el Barça. Cada vez parece más evidente que el Clásico del próximo 1 de marzo será decisivo para el devenir del título.
Los blancos no hicieron un mal encuentro. Dominaron la posesión del balón, pero no tuvieron grandes ocasiones en la primera mitad. En cambio, el conjunto gallego aprovechó la fragilidad defensiva del equipo madridista para adelantarse a los cinco minutos de encuentro.
Santi Mina celebra el empate del Celta en el Bernabéu | EFE
No obstante, los hombres de Zidane demostraron garra y muchas alternativas. Cambiaron el planteamiento al descanso, y remontaron el partido con los goles de Kroos y Sergio Ramos, de penalti. Sin embargo, cuando sentían que la victoria ya se quedaba en casa, apareció Santi Mina, que en el primer balón que tocó, superó a Courtois tras una asistencia mágica del ex azulgrana Denís Suárez. Un tanto que cayó como un jarro de agua fría para los futbolistas y la hinchada merengue.
Un golpe duro a Zidane... de forma literal
El gol del Celta en los últimos minutos fue un duro golpe para el Real Madrid, que ya contaba con mantener la ventaja al frente de la clasificación. No obstante, no fue el único trastazo que se llevaron los blancos, y en concreto su técnico, Zinedine Zidane. A parte del emocional, el entrenador francés ya recibió minutos antes una brutal segada, que lo dejó algunos segundos tumbado en el césped del Bernabéu.
El protagonista de la jugada curiosa de la jornada fue Joseph Aidoo, que intentó salvar una pelota que salía por la linea de banda, y no solo no lo consiguió, sino que se llevó por delante a Zidane. Posteriormente, el futbolista del Celta se disculpó y todo quedó en un simple recuerdo divertido.