Gareth Bale se ha convertido en el gran quebradero de cabeza de Florentino Pérez. Fue uno de sus fichajes galácticos, ha tratado de protegerlo siempre, pero llegado el momento ya no pudo más. Su rendimiento irregular, sus contínuas lesiones y sus salidas de tono acabaron con toda la devoción que le tenía el presidente blanco.
Le dio el liderazgo del equipo tras la salida de Cristiano Ronaldo, pero fue incapaz de asumirlo. El pasado verano, tras seis años en Chamartín, Zidane y Florentino intentaron venderlo. O al menos lo intentaron. Ningún grande europeo llegó a mostrar interés real y, aunque estuvo cerca de irse a China, finalmente las negociaciones se complicaron.
Más leña al fuego
Dada la imposibilidad de desprenderse de él, el técnico francoargelino no tuvo más remedio que volver a incluirlo en la rotación a principios de temporada. Su rendimiento en estos primeros cuatro meses ha dejado bastante que desear: solo ha disputado 14 encuentros en los que ha marcado dos goles.
Gareth Bale intentando un remate contra Getafe / EFE
Unas cifras que vuelven a situarlo en la rampa de salida. Su agente, Jonathan Barnett, se empeña en señalar que el futuro próximo de Bale pasa por el Santiago Bernabéu. Así lo volvió a hacer este jueves en una entrevista para ESPN: "No va a ir a ninguna parte en invierno y en verano es muy poco probable que salga".
Conflicto duradero
Unas palabras que probablemente no hayan hecho ninguna gracia en las oficinas de Chamartín. No es la primera vez que el representante del extremo galés se encuentra en el centro de la polémica. Sin ir más lejos, ya lo estuvo el pasado verano, tras el primer partido de pretemporada del Real Madrid.
Zidane durante las semifinales de la Supercopa de España / EFE
Zidane, visiblemente molesto, espetó que "si Bale se puede ir mañana, mejor". Las declaraciones no sentaron nada bien a Barnett, que pocas horas después respondía al técnico francoargelino: "Zidane es una vergüenza, no muestra respeto por un jugador que ha hecho tanto por el Real Madrid".
Nueva batalla en una guerra que parece tener fin. Mientras Florentino Pérez y Zizou ansían desprenderse de él tan rápido como sea posible, Bale y su agente siguen presionando y añadiendo más leña al fuego.