Al Barça le ha caído del cielo un regalo de Navidad totalmente inesperado. Y es que el Real Madrid, pese a que había mostrado buenas sensaciones en el clásico del pasado miércoles, volvió a manifestar muchas carencias en el apartado ofensivo y no consiguió pasar del empate a 0 ante el Athletic.
Un resultado que, combinado con la victoria del equipo culé ante el Alavés, permite a los hombres de Ernesto Valverde acabar el año como líderes en solitario de la Liga. Por su parte, el equipo entrenador por Zinedine Zidane completa una semana muy pobre con tres empates, y solo un gol a favor.
Pólvora mojada
El conjunto madridista se presentó ante su afición con el objetivo de confirmar las buenas sensaciones y el buen juego mostrado en el clásico ante el Barça. Sin embargo, los de Zidane volvieron a caer en los mismos errores y a demostrar que, a excepción de Benzema, tienen muy pocas piezas decisivas en ataque.
El Real Madrid tuvo oportunidades para ganar, y hasta en tres ocaciones los palos evitaron que los merengues se pusiesen por delante en el marcador, pero todo el peligro llegó en ocasiones aisladas o con centros horizontales por parte de los laterales. Los blancos volvieron a mostrarse vacíos a nivel de juego, incapaces de combinar por dentro, y sumaron un punto agridulce.
El Madrid no consiguió ver portería ante el Athletic | EFE
En los últimos instantes del partido, y ante la incapacidad de encontrar el gol con buen juego, los madridistas optaron por la famosa épica que tan buenos resultados les ha dado en muchos partidos. No obstante, esta vez no apareció la flor de Zidane, y los blancos firmaron un nuevo encuentro sin gol.
Así, el Madrid demostró de nuevo una clara falta de pegada y cerró una semana totalmente insuficiente, con tres empates consecutivos en Mestalla, Camp Nou y en casa ante el Athletic; que beneficia al Barça, que se marchará de vacaciones de Navidad como líderes en solitario de la Liga.