En un partido feo y trabado, el Real Madrid consiguió superar a un correoso Alavés (1-2) y metió presión al Barça de cara a su duelo contra el Atlético de Madrid. Los blancos dormirán líderes tras vencer a un equipo vitoriano que lo intentó hasta el último instante.
El gran protagonista del encuentro fue Sergio Ramos, para bien y para mal. El sevillano adelantó a los merengues tras una acción de estrategia, pero minutos después el árbitro le señaló un penalti tras un claro codazo. Finalmente, Carvajal en una acción muy afortundada consiguió dar los tres puntos a un equipo blanco que no convenció a nivel de juego, pero que suma una nueva victoria en liga.
El muro del Alavés
El Real Madrid no pudo derribar en ningún momento durante la primera mitad el muro defensivo planteado por Asier Garitano en el Alavés. Durante los primeros 45 minutos, el conjunto de Zinedine Zidane dominó la posesión del balón y el control del encuentro. Eso sí, en zonas muy alejadas a la portería defendida por Pacheco y sin protagonizar prácticamente ninguna ocasión clara de gol.
Militao despeja un balón ante Aleix Vidal | EFE
El equipo blanco, sin ritmo ni ideas de romper las líneas defensivas del conjunto vitoriano, se vio sorprendido por un Alavés replegado en su propio campo, con dos líneas defensivas muy juntas y con el único objetivo de no recibir ningún tanto. La estrategia del equipo local funcionó en unos primeros 45 minutos muy trabados y con poco fútbol ofensivo.
Ramos, héroe y villano
El guión de la segunda mitad no cambió tras la salida de los vestuarios. El Alavés seguía fiel a las órdenes de Garitano, ante un Madrid incapaz de hacerle daño de forma combinativa. No obstante, finalmente los hombres de Zidane sí consiguieron superar el muro defensivo organizado por los vitorianos. Pero no con juego, sino con decisión y eficacia. A través de una acción de estrategia, y a balón parado, Kroos puso un centro milimétrico a Sergio Ramos, especialista en este tipo de acciones, para adelantar a los blancos.
Ramos, en una acción ante Joselu | EFE
Este gol provocó un cambio de sistema completo por parte del Alavés. Al ir por detrás en el marcador, de nada les servía seguir defendiendo solamente, así que de forma repentina, los futbolistas del equipo blanquiazul dedicaron sus esfuerzos a atacar. Ante un Madrid impasible y sorprendido por el cambio de guión, el Alavés consiguió empatar el encuentro desde el punto de penalti. Sergio Ramos, héroe en el gol de los blancos; se convirtió en villano minutos después al asestar un feo codazo a Joselu, que el árbitro decretó como penalti. Y Lucas Pérez, que ya suma 8 goles esta temporada, consiguió engañar a Areola y empatar el partido.
El Madrid penaliza la valentía vitoriana
Tras el empate, el partido se abrió. El Alavés decidió no volver a las posiciones defensivas, sino intentar sorprender a un Real Madrid que se quedó tambaleante tras ver como dejaba escapar una ventaja que había sudado tinta para conseguir. No obstante, con espacios el conjunto blanco es mucho más peligroso e imprevisible que cuando se siente arrinconado y tiene la obligación de construir desde atrás.
Así, en una jugada muy afortunada y tras una serie de rechaces, Carvajal consiguió adelantar de nuevo a los hombres de Zinedine Zidane. En los últimos minutos, el Alavés fue con todo en busca del empate. Y las tuvo, sobre todo en acciones desde el saque de esquina. Pero finalmente, no consiguió perforar la portería de Areola y el Madrid, pese a no realizar un buen partido, se llevó tres puntos importantísimos y dormirá líder de la Liga, a la espera del duelo del domingo entre el Barça y el Atlético de Madrid.